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miércoles, 10 de octubre de 2018

Puedo tocar tu mano...


Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,

Y no volver el rostro para verte pasar.

Puedo apretar mis labios un día y otro día...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,

Casi aburridamente, sobre un tema vulgar,

Puedo decir tu nombre con voz indiferente...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo estar a tu lado como si no estuviera,

Y encontrarte cien veces, así como al azar

Puedo verte con otra, sin suspirar siquiera…

¡Y no puedo olvidar!

Ya ves: Tú no sospechas este secreto amargo,

Más amargo y profundo que el secreto del amor

Porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...

¡No te puedo olvidar!

J.A. Buesa

Encarna Recio Blanco





domingo, 22 de septiembre de 2013

Vete ya mi vida.



¡Vete ya mi vida, vete con ella!

Y olvida si puedes a esta loca fiera.

Que sabe querer como única hembra

Al hombre vedado de fuego y de arena.

 De anillos mohosos, de risas inciertas

De noches sin lunas, ni estrellas.

De sueños ajados detrás de la puerta

De ese campanario que nadie olfatea.

Detrás de la gente que miran y esperan

Que toquen a boda sin novia a la puerta.

¡Vete ya  mi vida, vete con ella!

Que  ya no puedo seguir por tu senda.

Me la han cerrado tras largas esperas.

Y  no puedo verte tras la espesa niebla.

Te grito en la noche y sé que me oyes.

Y sé de tus sueños y de tus temores.

 Y sé de tus cuitas aunque no las digas.

Y sé del  calvario que tienes, mi vida.

Yo sé que me amas aunque sea a escondidas

Por ese calvario con tu cruz prendida.

Y teniendo mil fuerzas renuncio con mucho

 Dolor al ver lo cobarde que fuiste mi amor.

Te dejo con tus Dolores

 Con tu desventura, y tus sinsabores.

Vete con ella… y con sus riquezas

La que en su dedo lleva el anillo…

¡De tu condena!

 

Encarna Recio Blanco.


 

 


sábado, 15 de junio de 2013

Me olvidé de decirte...



Me olvidé de decirte, muchas cosas en el alba

Cuando la luna risueña me dictaba

Las cartas que te mandaba.

Me olvidé de pedirte, los besos que no me diste

Las promesas que callabas

Y lo que no me dijiste.

Me olvidé de rebuscar, más la verdad en tu alma

Porque creía firmemente

Que me amabas.

Me olvidé de rezarte, una plegaria al pensar

Que el buen Dios a los dos

Nos perdonaba.

Me olvidé, que tenías dueña y otra vida…

Pero mi corazón me repetía

Que era a mí a quien querías.

Me olvidé de reclamarte, más amor 

Del que me dabas, el fuego, la pasión

Y todas tus esperanzas.

No me olvidaré decirte, una vez más…

Que te quise y que te quiero

Hasta que mi corazón

Deje de latir por este sueño.

 

Encarna Recio Blanco.