sábado, 14 de mayo de 2022

In memoriam-Francisco Hernández Quereda.



Señor Alcalde: Francisco Hernández Quereda.

Para los amigos… simplemente, Paco el Alcalde.

No sé cómo voy a hilvanar estas palabras Paco, que bullen en mi corazón y se niegan a salir ordenadas de mi cabeza, pero tengo la necesidad de hablarte, ahora que solamente tú me oyes, y donde ya estás en  esa eternidad tan temida, al lado de la Santísima Virgen del Carmen a la que tanto amabas.

Anoche, después de tu triste despedida en la iglesia de Beniajan abarrotada de gente, recordé a grandes rasgos tus luchas, tus sin sabores, las ingratitudes que tuviste que sufrir  de la personas, que tal vez, menos esperabas, pero la vida es así y dicen que cuando te vas para siempre es el día de los halagos.

No es este el caso Paco, porque sabes que hay mucha más gente que te quiso y te quieren, que los que te laceraron. 

Rememoré aquellas entrevistas que te hice en la Radio, siempre con la sonrisa en tu cara, y con ese talante tan especial que  siempre en ti florecía.

Recordé los buenos y malos momentos de tu lucha por un pueblo que te dio la vida y que también, fue mermando tus fuerzas poco a poco, a base de incomprensiones y desgarros, por los avatares que te tocaron lidiar, durante estos largos años al frente de este, tu pueblo, con el corazón por bandera y siempre a pecho descubierto.

El Bojar en pleno vino a tu despedida, Beniajan  y todos los pueblos  colindantes vinieron a despedirte, así como las autoridades más representativas del Gobierno de  Murcia, tus amigos y compañeros de fatigas.

Allí estuvimos todos, frente a tu féretro, para darte el último adiós. Aquellos que te amaron tu familia, aquellos que te quisimos, los que te admiraron, los que te ignoraron, los que te envidiaron, los detractores, todos estaban ante ti, con respeto y con ese dolor tan grande por tan fulminante partida.

Cuando la banda de música (por la que tanto luchaste) te acompañaba, se hizo un tremendo silencio, las lágrimas brotaban sin cesar de todos los que observábamos la triste comitiva, cuando a la iglesia te adentraban y donde pudimos ver, y oír, a D-Antonio llorando ante tu  ataúd, en una homilía sentida y dolorosa, “Cuando un amigo se va”…empezaba diciendo con sus rotas palabras.

Cuando me dieron la fatal noticia de tu partida no me lo creía, como tanta gente cuando se enteraron, y lloré a escondidas, y te hablé sobre aquellas cuartillas que has dejado a medio escribir, y que me contabas que estabas escribiendo.

Te seguiremos viendo en las fiestas de Beniajan y en todos aquellos actos donde nunca faltó tu presencia, tú entrega,  tu trabajo, subiendo y bajando a las fiestas del Bojar, en las procesiones, en las barracas, por la calle mayor, por las huertas, hablando y sonriendo a todos los que a tu paso y con tu recuerdo, estarás por siempre entre nosotros.

Decirte que ya te echamos de menos, que las personas como tú, no  mueren nunca  del todo, porque las semillas de tus obras, seguirán floreciendo en esta Bendita tierra donde ahora, hasta el azahar llora, por tu partida.

Y como decía M. Hernández a su amigo Ramón Sijé…Te diré…

Que temprano madrugó la madrugada, Paco… temprano levanto la muerte el vuelo… a las aladas  almas del almendro te requiero…que aún teníamos que hablar de muchas cosas, compañero del alma… compañero.

 

Encarna Recio Blanco.



domingo, 24 de abril de 2022

Entre mis manos acaricio... -Día del libro-

 

Entre mis manos acaricio tu piel

Saboreando tus  delicias y emociones

Eres la sutil luz que me alumbras

En todas mis situaciones.

Ensimismada y rendida me tienes

En este lecho de verde hierba

Olvidando mis angustias y temores

En las trasnochadas horas.

Y me olvido de esa pobre gente

Que quizás no te conozcan

Ni  saben de tus prodigios

Ni los tesoros que donas.

 Libro…eres mi amigo perenne

Que a la cita siempre llegas

En el infinito instante

De mis penas y zozobras.

 En tus mieles primorosas

Cada día me embeleso

Llegando hasta las alturas

Más grandes del Universo.

Somos como dos amantes

Enamorados hasta los huesos

Que en la oscuridad se vuelven

Luciérnagas resplandeciendo.

Hoy dicen por ahí, que es tu fiesta

Para mí siempre  floreces

Cuando te tengo a mi lado

Gozando de tus placeres.

 Ataviada con un traje rosa de gala

He brindado con champán

Para que siempre estés a mi lado

Enriqueciéndome mucho más.

  

Encarna Recio Blanco.


domingo, 10 de abril de 2022

sábado, 9 de abril de 2022

Mirándote Nazareno...


Mirándote Nazareno horrorizada

Siento una daga en mi alma

Una punzada en mi pecho, al verte

Me estoy  contigo muriendo.

No se oyen los clarines, ni las saetas

Sólo lamentos y oraciones

Al ver Tus carnes desgarradas

Con el peso de nuestras deudas.

Se estremecen las estrellas

Cuando pasas Nazareno

Cargado con el madero que redime

Los pecados del mundo entero.

Un silencio inmaculado se expande

Por la cuesta del Calvario.

La primavera se abre y florece

Cuando pasas tan desolado.

Tú que eres el hijo de Dios

De la tierra y de los Cielos

Vas cual lirio trasnochado soportando

El duro madero.

 ¡Déjame que yo te ayude!

¡Déjame! ¡que te sostengo!

No puedo verte llorando

No puedes verme muriendo.

¡Déjame que yo te ayude!

¡A llevar ese madero!

 

Encarna Recio Blanco.




jueves, 7 de abril de 2022

Quiero compartir...

 

Quiero compartir contigo el soplo del viento

El nácar de la nieve y el sabor de los besos.

 El hechizo de las ninfas el color del cielo.

Los ojos de una hembra pariendo.

 Las rosas sin espinas y el milagroso ungüento

Que cure tu amor si lo tienes enfermo.


Encarna Recio Blanco.


 


martes, 5 de abril de 2022

Como me duele amarte...

 

 ¡Como me duele amarte en el silencio!

Sin abonar tus noches con mis versos

Sintiéndote prisionero en una cárcel

Sin agua, sin aire, y sin fuego.

 Como me duele  el pecho y la cintura

Que se cimbrean con tu solo recuerdo.

Y se me escapan los besos de mi boca

Cuando les digo que voy a tu encuentro.

Caricias en mi piel bordaron tus palabras.

Amalgamas de besos  sin fronteras

Sembrados en un bancal que florecía

Regados con mi pena y la quimera.

 Como me duele en el alma tu derrota

En  mi campo con la lira a cuesta.

Desnuda  me adentro sin fuerzas

Por las calles de un Cielo cuajado de estrellas.

 En el limpio cáliz  se juntarán nuestros labios

Cuando el buen Dios nos abra sus  puertas

Y quedaremos prendidos para siempre

De la eternidad  que ansiosa  nos espera.

 “Atardeceres de Fuego”

 

Encarna Recio Blanco.