domingo, 1 de abril de 2018

Ahí va la loca…


Ahí va la loca…  con su cuaderno de versos,

Dicen riendo los niños, dicen las brujas del pueblo.

 Que tengo la cabeza llena de pájaros.

Que tengo en la mochila secretos guardados.

Que tengo dos amantes y muchos queridos.

Que me quedé soltera por un capricho.

Que tengo mi casa llena de libros,

Que están mohosos y que no he leído.

Estoy tan sorda, tan sorda, que a nadie oigo.

Sólo a mi corazón…que sí está loco.


Encarna Recio Blanco.




Estando a la vera tuya...



Estando a la vera tuya

Se me van todas las penas

Y cuando oigo tus pasos

Se me rompen las cadenas.

 Estando a tu vera…

Mi vida ya es de colores

Que se encienden como el sol

En mil reflejos de amores.

 Cuando te espero y no vienes

El mundo se me oscurece,

Y me talan las espinas

De un rosal cuando se muere.

 Yo quiero estar a tu vera…

¡Toda mi vida!

Y cuando la eternidad nos llame

Allí podremos seguirla.

 

Encarna Recio Blanco

  

sábado, 31 de marzo de 2018

Radiante despertó el día.


Radiante despertó el día.

Ya las sombras se esfumaron.

 El sol en el Cielo brilla.

 ¡Jesús ha Resucitado!

¡Aleluya…Aleluya!

Ante Tu Cruz hoy rememoro,

Tu silencio y Tu calvario,

Viendo Tu costado abierto,

Agraviado, y sangrando.

Ante Tu presencia siento al verte

 Que me animas y me abrazas

 Y en mis carnes más siento

  El dolor de esa espada.

 Siendo Dios de dioses

Y Juez supremo dejaste,

Que te humillaran, aquellos

Que no creían, en Tus palabras.

  Que Tu amor victorioso

Riegue nuestros corazones.

Que Tu luz celestial ilumine

Los negros rincones.

 Como lunas blancas se abre

 El azahar en nuestra huerta,

Para ofrecerte el aroma

Por tantas afrentas.

¡Ya están abiertas las negras cadenas!

¡Ya la luz traspasa las tinieblas!

Has resucitado para recordarnos,

Que todos somos hermanos.

¡Aleluya…Aleluya!

 

Encarna Recio Blanco



viernes, 30 de marzo de 2018

¡Padre Nuestro!

¡Padre Nuestro! 

Que estás en los Cielos en las flores, 

En el canto del jilguero y en los corazones abiertos.

Que estás en el perdón, en la caridad, en el amor, en la oración,

En la humildad, en los rencores y en los que están  hambrientos.

 ¡Padre Nuestro! que estás en  mí,  en la calma, 

En el que me hiere,  en la paciencia, en el gesto,

Y en el que está en constante tormento.

  Que estás en el  exilio, en las fronteras y en los que tienen

Miedo de aquellos tiranos...

Sin pan, sin trabajo, que son inocentes y los tienen

Presos.

Santificado sea Tu nombre Misericordioso. Glorificado

Por todo lo que es bueno, Justo y honesto,

 Iluminándonos siempre, los negros senderos.

 Venga a nosotros Tu Reino de fe, de paz, de justicia

Y de sosiego,cuando la tempestad  se adentra

En nuestros puertos.

 Ten piedad de los que te imploran,  de los que lloran,

De los humildes de los niños desamparados

Y de los ancianos solos.

¡Este mundo  a veces Dios mío es tan frío, como el hielo!

Hágase Tu voluntad en la Tierra y en  el Cielo.

Danos la calma, el sosiego, las fuerzas para sobrellevar

En nuestra vida los dolores que padecemos.

 Pero aun así, si estos sufrimientos fueran necesarios…

Danos las fuerzas, la paciencia, el coraje y el amor,

Para sobrellevarlos.

¡Y no olvides Padre mío! que todas las noches…

Yo lloro contigo.  Amén

 

Encarna Recio Blanco




miércoles, 28 de marzo de 2018

“En esta tarde, Cristo del Calvario”


“En esta tarde, Cristo del Calvario”

Vine a rogarte por mi carne enferma;

Pero, al verte, mis ojos van y vienen

De mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza.

 ¿Cómo quejarme de mis pies cansados?

Cuando veo los tuyos destrozados

¿Cómo mostrarte mis manos vacías?

¡Cuando las tuyas, están llenas de heridas!

 ¿Cómo explicarte a ti mi soledad?

Cuando en la cruz alzada y sólo estás.

Cómo explicarte que no tengo amor

Cuando tienes rasgado el corazón.

 Ahora ya no me acuerdo de nada,

Huyeron de mí todas mis dolencias.

El ímpetu del ruego que traía

Se me ahoga en la boca pedigüeña.

 Y sólo pido no pedirte nada.

Estar aquí junto a tu imagen muerta

Ir aprendiendo que el dolor es sólo

La llave Santa de tu Santa puerta.

G Mistral

Encarna Recio Blanco.




lunes, 26 de marzo de 2018

Madre abre el arcón negro...


Madre abre el arcón negro  y saca  mi túnica morada

Que a la vuelta de la esquina, está la Semana Santa.

  Ya tocan a duelo Madre, ya se oyen las campanas.

Ya viene solemne y triste…la Virgen de la Esperanza.

Por las calles va el cortejo, hasta que despunte el alba,

Bajo un cielo sin estrellas y una luna desmayada.

 Huele a cera derretida Madre, a pecados cometidos.

A las heridas abiertas de Nuestro Señor Jesucristo.

 Ya voy descalza tras ellos  escondiendo mi pena

Y mis lágrimas, que resbalan por mi cara,

 Cuando veo tan triste, a Su Madre enlutada.

Al Nazareno voy clamando  desde el fondo de mi alma.

Descalza  y desgajada voy pidiendo, el perdón

Que quien lo mira lo alcanza.

El perdón para este mundo que lo profana.

  Lo pende de un leño y lo clava en el madero,

 Con su sangre celeste derramada.

Le pido por los mayores olvidados.

 Por los enfermos sin esperanzas.

Por los pobres de espíritu, y por los

Que no tienen alma.

Por los niños solos y abandonados.

Por los mayores olvidados.

Por los desterrados sin país, ni casa.

Y por todos aquellos, que no creen en nada. 

¡Voy pidiendo la Paz del mundo Madre,

¡Que nos hace mucha falta!

Para que las guerras terminen

Y se eliminen las armas.

Al ver al crucificado la Tierra y los Cielos

Lloran.

Y yo madre, en duelo sigo acompañando…

A la Virgen de la Esperanza.

 

Encarna Recio Blanco




sábado, 24 de marzo de 2018

En las ramas de unos sauces...

 

 En las ramas de unos sauces  me puse a escribir.

El viento me balanceaba y mi pluma bailando,

 No me dejaba seguir.

 Un pajarillo travieso llegó cantando, se sentó a mi lado

Y  dijo coqueto:  ¿A quién estas esperando?

 ¿Cómo sabes que espero  le dije extrañada?

¿No ves que estoy escribiendo? aunque se muevan

 Las ramas.

Es que te brillan los ojos, me dijo;

 Es que te tiemblan los labios y miras de una forma

Al Cielo, como pidiendo un milagro.

No  supe que contestarle, y cansado de esperar,

Echó sus alas al viento ahora…

 Con otro triste cantar.

 

Encarna Recio Blanco.