viernes, 14 de diciembre de 2007

Ya no soy la niña Recia


Ya no soy la niña Recia que tenía un mar de llanto

Que caminaba descalza entre afilados barrancos.

Ya no soy la niña Blanca que miedo tenía por todo.

 Cuando la tormenta asomaba  me tapaba bien los ojos.

 Ya no soy aquella loca que desnuda se mostraba

En esta jauría de fieras que tanto miedo me daban.

Ni el qué dirá...Ni si dicen me lo cargaba a la espalda

Adosándome las fuerzas que a los otros les faltaban.

Caminé con paso firme aunque los otros pensaran

Que mi vida, y que mis actos, estaban descarriadas.

Sola me enfrentaba al mundo con mi maleta pesada.

Con mi bagaje de amor aunque a nadie le interesara.

Gritaba y nadie me oía, lloraba y sola limpiaba

Las lágrimas de mis ojos, cuando nadie me espiaba.

Fuerte me hizo éste Mundo para ganar las batallas

Que  salían a mi encuentro como Dios me lo mandaba.

En mil bancos escribí lo que nadie leería.

Me hice poeta a la sombra con gran mi osadía.

Ya no soy la niña Recia que amargos sorbos bebía

De fuentes contaminadas que emborrachaban mis días.

Ni de aquella niña Blanca que en su apellido llevaba

La castidad no perdida, ni tampoco regalada.

La que daba amor a cambio de unas bonitas palabras,

Porque estaban rebosando  mi corazón y mi alma.

Me sigo desnudando y nadie me reconoce.

Cuando llevo el antifaz me saludan con honores.

Ya no soy aquella niña. Ahora soy una mujer

Con el cuerpo tatuado y arañazos en mi piel.

Pero en el fondo del alma y del corazón también…

¡Qué pena, Señor!  ¡Qué pena!

¿Nadie me pueda entender?


 Encarna Recio Blanco




Temblorosa mi mano...


Temblorosa mi mano cogió la tuya

También fuerte, pero más niña.

Se sonrojó tu cara, se sonrojó la mía,
Cual ola que quiere ahogar

Irreales fantasías.

 En la quietud de la alcoba

Muy despacio me decías:

No quiero rozar siquiera

Ni esta piel, ni esta mejilla.

Pero aún sin saber

El porqué de tus caricias...

¡Ámame sólo esta noche!

Aunque después

¡Te maldiga!

 

Encarna Recio Blanco




Es triste y por eso







Es triste y por eso hoy os lo cuento.
Sería extraño que alegre os lo dijera.
Aquí estoy, preguntándome...
! Para qué!

Llorando más tiempo que riendo.
Gritando sin encontrar el eco.
Mirando sin ver cual el camino.
Ganándome la vida con esfuerzos.

Esperando la muerte con la vida.
Suspirando y callando sin remedio.
Si os contara otra cosa…
Quizás me entenderíais.

Nadie comprender al triste quiere,
y adulan al risueño que esforzado...
se quita la careta…
Cuando nadie lo ve.


Encarna Recio Blanco










Un día en cualquier jardín...


Un día en cualquier jardín escondido

Un banco soportará mis huesos cansados.

 

Repasaré mis días con nostalgia

Moviendo la cabeza y llorando quizás.

 

Y como las hojas secas

Que mis pies patearan sin piedad

Veré por los suelos,

Mis sueños irrealizados.

 

Encarna Recio Blanco.





Santa Madre…



Santa Madre…

Hoy te rezo, y porque soy pecadora, me encomiendo a Ti

Porque tengo llagado y herido, mi cuerpo y mi alma,

 Hoy siento que no habito en mí.

Pues sé, que mi vida está llena de incendios, pero Tú

Los apagas con tu Santa bondad, 

 Porque Eres la Reina de los desvalidos

Me acojo en tus manos para sentir Paz.

Porque al desahuciado concedes milagros.

Al que está sin vida haces renacer

Hoy te pido  encontrar mi alma y que en esta calma

Pueda florecer.

Yo sé que decides todos mis caminos

 Y cuando me pierdo, Tú vienes por mí,

 Escucha mi llanto, Madre de los vivos

 Y deja por un rato, que me acerque a Ti

Tú que estás sentada al lado del Padre

 Tú que siempre calmas cualquier aflicción.

 Aunque sabes, Madre que a veces me olvido

De ir a rezarte imploro el perdón. 

Los hilos del mundo se fueron tejiendo

 En medio de un océano, que me supo a sal,

 Igual que los necios muerden la manzana,

 También yo lo hice y lo hice mal.

 Perdona mis culpas y extiende tu mano

Y con esa fuerza, déjame girar.

Concede Madre a mi alma un milagro

Y pídele al Padre, que me deje andar.

Te ruego esta noche, que sé que me escuchas

Porque Eres Madre sabrás comprender

Te cedo mi alma si me lo devuelves

Te cedo mi vida…por estar con él.

 

Encarna Recio Blanco.




Hoy (si ustedes me lo permiten)



Hoy (si Ustedes me lo permiten) les daré unos consejos rápidos, que me costó mucho tiempo aprender.

 Unas baratas palabras que ya podrían habérmelas regalado a mí en su momento y tal vez entonces, me hubiera ahorrado más de un resbalón, pero así es la vida, tal vez, lo comprendí tarde y mal.

 Les diré que guarden como el tesoro de sus vidas un cofre repleto de bellos retratos, de recuerdos dormidos y de poemas de amor, aquellos besos aunque sean lejanos, en la soledad de una noche cualquiera.

 Les diré que no sueñen despiertos, si no a cada momento del día, y que vivan con intensidad todas las situaciones que nos ofrece la historia que interpretamos.

 

Les diré, que el tiempo todo lo palia y que los minutos son eternos tanto, como nosotros queramos alargarlos.

Les diré que las personas nos pueden hacer mucho daño, pero también nos aportan las más bellas alegrías, que puedan llenarnos en nuestra vida, el amor, la amistad, solidaridad, compañerismo, fraternidad.

 Amigos...Hoy les deseo las más grandes pasiones, les auguro el más bonito de los versos y el cofre mas repleto de amor.

Que seáis siempre  muy felices.

Tienen un universo en sus manos, y un rincón que compartir conmigo…

En este humilde blog.

 

Encarna Recio Blanco.