lunes, 16 de junio de 2008

Buenos días...deme.



Buenos días.

Deme una pastilla.

¿Para qué dolor la quiere?

¡Me duele mucho las injusticia!

 Perdone

Pero esa “Paz-tilla"

 No se vende aún en las boticas.


 Encarna Recio Blanco.



Tal vez en otro planeta...




Tal vez en otro planeta
Bajo otra constelación
Sobre la lluvia mojada
O cualquier viejo rincón.

En los saldos que nos quedan
En las deudas por pagar
En las ramas de un olivo
O en un Cielo sin la mar.

En una nube dorada
viendo una estrella fugaz
En una selva sin leones
O en un barco sin capitán.

! Puede que en ese mundo loco
Nos volvamos a encontrar!

Gritar quiero en esta noche
Lo mucho que te deseo
Dios me podría escuchar

¡Me callo mejor y te espero!

 Encarna Recio Blanco.


He visto a Dios



He visto a Dios esta tarde

Sentado en aquella plaza

Tenía los ojos muy tristes

Y una barba muy poblada.

Mucha gente caminaba

Con sus problemas o asuntos

Y nadie se percataba

De aquellos ojos del cielo.

Con timidez me acerqué

Y le dije sonriente

Si necesitaba algo

O si podía socorrerle.

Sus ojos fijos en mí

Me hablaron sin decir palabra

Y sentí toda la dicha

Acumulada en mi alma.

Aquellos ojos me dijeron

Porque había tanta oscuridad

Si el sol brilla cada día

En los Cielos y en la mar.

Que nos dio la buena tierra

Para poderla sembrar

Y recolectar el trigo

Para ganarnos el pan

Que nos dio los sentimientos

Para poder faenar

Con el que estuviera triste

Poderlo consolar.

Indiferente pasaba

Mucha gente alrededor

Y nadie se daba cuenta

De con quien estaba yo.

Sólo quedó el vagabundo

Con su vaso de cerveza

Y mis besos y sonrisas

Que dejé sobre la mesa.


 Encarna Recio Blanco.


domingo, 15 de junio de 2008

Sin mas que fijemos



Sin más que fijemos nuestra vista un rato

Entre los rincones  hallaremos algo

Sin más que miremos con algo de asombro

Veremos paisajes y viejos tesoros.


 Puede que para usted sea el mejor día

Pero estoy segura que le llena la melancolía

Mientras en el mundo hay alguien naciendo

En otros lugares hay gentes muriendo.

 

Mientras en las calles lloran los mendigos

Se besan con ansias amantes dormidos.

En las madrugadas de ancianas en vela

Hay niños soñando con barcos de vela.

 

Todo es prescindible y se reutiliza

Excepto nosotros que somos de tiza.

Si algo se rompe tenemos recambio

Y se nos olvida la labor de antaño.

 

Que vaga memoria la del ser humano

Se olvida de aquello que no empleamos

Hasta el sentimiento  pronto lo perdemos

Y cuando ya es tarde lo reconocemos.

 

Parece la vida un fusil callado

Que siempre está quieto pero preparado

El mundo gira y gira en nuestro costado

Por eso esta noche si no les importa

Les mando una flor y mejor callo

Les mando un poema y me callo

 

Encarna Recio Blanco.



jueves, 12 de junio de 2008

No fui Reina de tu casa.



No fui Reina de tu casa

Ni rama de tu cerezo

Pero me dejé la vida

Queriéndote más que ellos.

Besaba tu frente triste

Sabiendo que perdería

Nada me importó la gente

Ni la falsa hipocresía.

Escondí bien mi secreto

Y no se lo dije a nadie

Simulé que era muy fría

Y a veces hasta distante.

 De vez en cuando una risa

Se escapaba de mi boca

Y la escondía corriendo

Por la playa silenciosa.

Lo que jamás se ha vendido

Tú lo quisiste comprar

Pero con dinero hay cosas

Difíciles de alcanzar.

 Así es que puedes marcharte

Y cuando busques perdón

No te molestes cariño

En subir a mi balcón.

 Tú te marchaste con otra

Y yo te estaba esperando...

Que duro fue tu despecho

Que me dejaste llorando.

 Un día buscarás abrazos

Y no tendrás quien te quiera

Y también querrás tenerme

Sin encontrar la manera.

Hay que ver la cobardía

Que tienes como ser humano

Cuando tenías mi vida

Se te vuela de las manos.

 Un día querrás cariño

Y pensarás que me amaste

Pero ya seremos viejos

No podremos ser amantes.


 Encarna Recio Blanco.




Mi mar está en calma



Mi mar está en calma

Reducido y en silencio

Está durmiendo tranquilo

Puede ser que se haya muerto.

En la calma de la noche

Cuando vuelven los deseos

Mi mar se queda callado

Aunque en los cielos hay truenos.

Despiertan las tempestades

Me abrasan con sus misterios

Y me piden que te espere

A la orilla de este infierno.

Las olas antes opacas

Parecen ahora  de fuego

Se mueven sin darme cuenta

Se rompen entre mis sueños.

Nunca saldré a flote

Ya no veré más el Cielo

Las mareas se tragaron

Mi salvación y el silencio.

 De nuevo vuelve la calma

Ha pasado la tormenta

Las olas están calladas

Y parece que están quietas.

Pero vuelven  pesarosas

Se las ha tragado el viento

Y se oye  desde lejos

El rugir de algún lamento.

 En la orilla  te espero

Donde nunca pasa el tiempo

Para perdernos sin prisa

Por nuestro rincón secreto.


 Encarna Recio Blanco.