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viernes, 7 de noviembre de 2008

He querido atar




He querido atar

Del Cielo una estrella

Tira que te tira…

Pero se me suelta.

¡He querido mucho!

Y siempre se suelta.

Esta cuerda mía…

¿Porque se me rompe?

¿Cuándo más aprieta?


 Encarna Recio Blanco


sábado, 11 de octubre de 2008

Cuantas tardes paseamos...



Cuantas tardes paseamos

Por el jardín del olvido

Por el árbol de los sueños

Y por el bosque prohibido.

 Cuantas noches dibujamos

Con los dedos las estrellas

Escribiendo mil poesías

Sin que la luna nos viera.

 Cuantas veces estas manos

Tocaron tu frío cuerpo

Estudiaron tus lunares

En tálamos de fuegos.

 Cuando surcos sin querer

Hacer daño a mi barbecho

Con tempestades labradas

En verano y en invierno

Siempre queda la esperanza

Dormida bajo un lucero

Mientras se mecen mentiras

En el baúl de los sueños

Sé que no quedan salidas

Salvo que olvide lo nuestro

Pero no puedo olvidar

Algo que llevo tan dentro

 Me castigarán las llagas

De mi corazón maltrecho

Saldará el tiempo las deudas

Que nos perdonó el momento.

Y seguiré caminando

A solas con mis recuerdos

Y con el tormento de amarte

Sin tú tener

El valor de luchar por ello

Aunque sepas cuánto te quise…

 Y cuánto te quiero.


Encarna Recio Blanco


sábado, 21 de junio de 2008

Era la noche estrellada...


Era la noche estrellada, venía la primavera

Y el azahar perfumaba el entorno y la verde huerta.

¡Muerte! Yo me tropecé contigo y no quise saludarte

Venias con la guadaña y un cajón para guardarme.

En mis sentidos estruendos que no puedo descifrar

El miedo ya me podía, me costaba respirar.

Entre chatarra y estruendo mi cuerpo se debatía

Queriendo salir a flote de aquella angustia tan fría

Empecé a mirar mis manos con las que tanto escribía

Mis pies no me soportaban y el cuerpo se me caía

Sentí la guadaña negra que ya segaba mi vida

Pero dando un giro me aparte de tu dantesca cogida.

 A cenizas olía el campo a violetas ya marchitas

Mil voces que daban gritos, mi cuerpo se resistía

Un túnel allá en el fondo vi que de pronto se abría

Pero  me quede muy quieta por si una ayuda venia.

En un segundo pasaron películas de mi vida

Todos seres queridos que tan lejos les tenían

Las cosas que ya había hecho quizás las mejoraría

Las que tenía pendientes tal vez, no terminaría.

Me batía con tu fuerza ¡Muerte! pero más me resistía

Saqué el león que dormía en mí y te espantó de mi vista.

Fueron segundos tal vez, pero la eternidad que es amiga

Me susurraba al oído que contigo no me iría.

Me incorporé como pude, mis pies ya me sostenían

Y en mis ojos apagados, la luz de nuevo volvía.

Miré al Cielo que estrellado ahora sí, me sonreía

Y le di gracias a Dios porque por fin…te vencía.

Hoy me propongo el futuro de una manera distinta

De saborear las cosas simples, buenas y sencillas.

Propósitos a cumplir sin pereza y sin medida

Los que merezcan la pena en esta efímera vida.

 El amor que di y me dieron pequeño me parecía.

Los besos que me quedaban nuevamente los daría.

Cuando vengas otra vez… ¡Muerte!

Ya no me resistiré, porque tendré los deberes

Impecables en mi haber.


Encarna Recio Blanco.


sábado, 12 de abril de 2008

La noche augura misterios


La noche augura misterio.

La luna que antaño fue clara

Hoy se desviste en silencio.

Las estrellas ya no brillan

Y los Ángeles cayeron.

¡Hoy llueven lágrimas del cielo!

No sé quién está sufriendo

Siento que se acaba el mundo

Que se abren los infiernos.

Que la pasión es locura

Y que la locura es sueño.

¿Dónde estás en esta noche?

Que te busco y no te encuentro

Que mis rincones vacíos

Esperan tu aliento.

La noche augura tristezas

Ánimas que buscan puertos

Caminantes que cansados

No tienen refugio cierto.

La noche augura pecados

Para los amantes tiernos

Para las ninfas del bosque

Para los buenos momentos.

Las llanuras de mi cuerpo

Cual rosas que se desgranan

Piden cabalgar contigo

De la noche a la mañana.

Que con las tuyas me ciegue

Hasta que nos llegue el alba

Que enloquezca mi cuerpo

Y que se aloque mi alma.

Mi cuerpo pide locuras

La pasión se desparrama

Y las ansias no resisten

Este fuego que me abrasa.

¡Lava, fuego, a gua, calma!

 Pide mi cuerpo deseos

Cual una loba encelada

Cuando tu cuerpo y el mío

Chocan en la fiel la labranza.

Se abandona mi cuerpo en el tuyo

Que tierno también estalla.

La noche nos hace un guiño

 Y una estrella nos canta

Una serenata.

 

Encarna Recio Blanco.







domingo, 27 de enero de 2008

Era la noche callada…




Era la noche callada…

Ni el viento soplaba entonces.

Ni las estrellas del Cielo

Me pronunciaron tu nombre.

 

Me llamabas desde lejos

Con aquel tenue susurro

Y mi alma alborozada

Sintió de pronto tu embrujo.

 

Noté como me besabas.

Como tomabas mi cuerpo,

Y en aquel dulce letargo

Se esfumaron mis tormentos.

 

Era la noche callada…

Y el viento venia contento.

Y las estrellas del Cielo

Alumbraron nuestro encuentro.

 

Locura entre las locuras

Del alma y del corazón…

De este amor tan infinito

Que sólo lo sabe…

 Dios.

 

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 19 de diciembre de 2007

No quiero ser una mas...




¡No quiero ser una más!

Que se mueve entre los hilos de ésta feria.

No quiero ser rifada cual mísera papeleta.

Ni comprada con dinero  por alguien..

Que no me llega.

No quiero que me posean payasos de una caseta.

Ni una muñeca de cartón en un escaparate

Con una etiqueta puesta.

Tanto tienes, tanto vales decía un necio en la puerta.

No señor…el valor de una persona

No está solo en las monedas.

¡No quiero ser una más! que se mueve entre los hilos

De esta feria.

Río cuando tengo ganas. Amo, cuando el amor me llena.

Canto sin miedo al ridículo porque ello me serena.

No soy poeta y escribo. Hablo con el alma puesta

En esas noches que estoy entre Ángeles y estrellas.

¡No quiero ser una más! Quiero ser, Encarna 

 Blanca por dentro y Recia por fuera.

Tal vez una incomprendida…

Pero que no se vende ni se compra entre los  hilos

De ésta feria.


Encarna Recio Blanco