Una y otra vez logramos
Que
el placer nos agotara
Lirios
y madreselvas
Por
nuestros cuerpos bailaban.
Fui tuya hasta el amanecer
Cuando
el alba se asomaba
Por
los cristales opacos
De
aquellas tristes ventanas.
Fuera la noche gruñía
Dos
estrellas escapaban
Por
el horizonte negro
Con
nuestras esperanzas.
Encarna Recio Blanco.
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