miércoles, 28 de febrero de 2024

El otro dia...reflexiones.


El otro día, un afamado periodista decía sentirse, como yo me siento en estos días, viendo como estamos al borde del naufragio.

Tras estos largos años sufriendo esta pandemia, con la cantidad de gente enferma que aún hay en los hospitales, con los miles de muertos que se ha llevado este virus maldito, con los médicos y el personal sanitario extenuados, con el pueblo confinado y el campo laboral arruinado.

Nos faltaba ver con gran estupor, los altercados que en muchas ciudades españolas se están sucediendo, pidiendo la libertad de un cantante.

¿Qué libertad? Yo puedo escribir libremente (aunque ahora la censura está al acecho), puedo salir a la calle, libremente, viajar, etc.

 Lo que realmente nos falta, es la libertad de pensamiento, la Educación, la Cultura, la Decencia, el Respeto, y sobre todo la Sensibilidad y la Solidaridad, con Mayúsculas… amén de muchas otras cosas más.

Es duro e inconcebible ver la barbarie, la violencia, la brutalidad y el vandalismo de esos jóvenes, con un salvajismo bestial, que  demandando libertad,  delinquen con una anarquía y una violencia total, y lo más triste de todo, con pretextos superficiales.

Los seres humanos, nos hemos devaluando, envilecidos, casi todo el tiempo irritados, enfurecidos, sobre todo, los jóvenes que ya no creen en nada, ni en el gobierno ni en sus leyes, ni en sus padres, ni en los sentimientos nobles que tal vez, en su casa les enseñaron.

No quiero generalizar, porque sé, que hay una parte de la juventud sana, que siguen sus cursos y que nada quieren saber, de este vandalismo, que estudian y trabajan con miras a un futuro, (aunque los pobres, lo tienen muy crudo).

Vivimos desamparados, al ver la incompetencia que tienen estos políticos de abultados sueldos, que tendrían que hacer lo imposible para que esto terminara urgentemente.

Cada día en el congreso les veo a esa pandilla de políticos, gritándose los unos con los  otros, incapaces de poner orden en todo este caos, pero están insensibles, no tiene prisas, (ni creo que lo sepan hacer)

Ellos tiene su vida resuelta, no miran al pueblo, miran por su bienestar, no conocen el sufrimiento de esos padres parados y con sus familias desnutridas, no saben lo que es estar en la calle, cuando ocupan sus casas, o lo único que tienen es, un banco del parque.

El pueblo está triste, desesperado, con rictus en sus caras de tristezas, que van como zombis sin una sonrisa en sus caras, sin saber qué hacer y mudos, con las mascarillas sin poder respirar.  ¿Dónde se fue nuestra alegría de antaño y el bienestar que gozábamos?

¿Donde dejamos aquella educación que nuestros padres nos imbuyeron? en mi tiempo, una señora mayor te mandaba a comprar algo, a que la ayudaras,a lo que fuera.

No quiero ser derrotista, pero tal y como veo el panorama, no me cabe la menor duda,  que cada día, estaremos mucho peor, si a este desaguisado, no ponemos entre todos, remedio.

Que Dios nos coja confesados y que nos ayude, sobre todo, a nosotros los inocentes.

 

Encarna Recio Blanco.

 

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