jueves, 22 de febrero de 2024

Mis manos peregrinas...

 


Mis manos peregrinas hoy, quieren sembrar palabras, palabras  que hablen de  Libertad.

 Libertad para escribir, para pensar, sentir, elegir, siendo consciente de no hacer daño a los demás con mis decisiones, y seguir siendo quien soy, sin importarme  lo que piensen o digan los otros.

Sentir y madurar lo que pienso, y no lo que esperan los demás, donde quiero estar en cada momento, y afrontando por supuesto, los riesgos de ello.

Buscar aquello que añoro, que necesito, que deseo, sin esperar la venía de nadie para conseguirlo.

A veces, los caminos  de mi vida son difíciles, pero me pongo a Indagar soluciones e intentar encontrar otros menos pedregosos, elegir qué hacer con lo que me pasa, y como apartar las controversias para continuar, nunca me he querido enamorar de las cadenas que nos atan a este mundo.

Mi sensación a veces de libertad,  es intransferible, pero…respiro hondo, me trago los vientos,  miro al cielo y me imbuyo en él, por la puerta que algún ángel despistado,  ha dejado abierta, y me siento volar en mi propia libertad.

Me siente feliz cuando he tomado conciencia, de que todo lo que me pasa es, el fruto de mi elección.

 La libertad no es la ausencia de reglas, es un proceso de autorregulación, donde el no hacer daño a los demás, es la única norma de mi vida y de sentirme en Paz conmigo misma.

 En cambio, el libertinaje es otra cosa, puede ser la excusa de nuestros opresores que quieren a veces,  regular la  libertad, a lo que no estoy dispuesta.

 De nada me sirve ser libre sin ejercerlo, ni pedir a los demás que me liberen, porque la libertad, soy yo.

No anido odio en mi corazón, y procuro tener la conciencia limpia a diario, sin quejarme, para no tener los barrotes de la amargura a mi lado.

Decía “Virginia Woolf” que no hay barrera, cerradura, ni cerrojos que pueda imponer a la libertad de mi mente.

Esa es la única prisión donde quiero estar, ¡Mi felicidad! ¡Mi libertad! Y sobre todo, la Paz,  para el Mundo entero.

 

Encarna Recio Blanco.

   

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