¡Ay!
Toda mi vida estoy escribiendo
A la luna, al sol,
a las estrellas,
Al amor, al desamor,
A la alegría, al dolor, y a la pena.
No espero que nadie me lea
Ni alcanzar una fama de feria
Donde te dan una muñeca de trapo
Por unas
papeletas.
Hay miles de bibliotecas
Atiborradas de obras, de
Grande poetas
Que mudas permanecen
Sin que muy pocos las lean.
La recompensa que quiero
Está dentro de mis venas
Que se desbordan y saltan
Dentro de mí…como sirenas.
Si nadie sabe que existo
Si a nadie llegan mis versos
No me importa porque soy
Algo más…
Que un amasijo de huesos.
Mi Alma y mi Corazón no se rinden
Y van cosiendo mis palabras
Para que las lea Dios
Y que Él sea quien me permita…
¡Su gloria!
¡Que es el mejor galardón!
¡Para las almas de los poetas!
Encarna Recio Blanco.
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