miércoles, 16 de octubre de 2019

Hay días insufribles...


Hay días insufribles…

Donde se acortan las esperanzas.

Los abismos esperan

Y los labios se secan.

 

Hay días que te rompes

En mil pedazos.

En los que los toros acechan

Y las heridas te esperan.

 

Donde las lenguas viperinas

Te  envenenan.

Los arboles se secan

Y en el fuego, se queman.

 

Hay días negros

Aunque luzca el sol

Y la noche se viste

De un extraño color.

 

Las tumbas se abren.

Se cierran las puertas.

Los niños con hambre

Mueren en la guerra.

 

Pierdo las esperanzas.

Me arde la cabeza.

Llamo al cielo

Y no me contesta.

 

Aciago este día

Con el corazón roto.

 El alma por los suelos

Y sin un te quiero.

 

Encarna Recio Blanco.






sábado, 12 de octubre de 2019

Cada noche...(Cartas de amor)


Cada noche, tengo la impresión de estar viviendo un sueño del cual, no quiero despertar.

 Cuando en la madrugada me adentro en nuestros recuerdos, entre tus  escondidos deseos,  cuando veo tu sombra en el amanecer, cuando veo tu cara en una foto que me sonríe, cuando me pierdo entre tus cálidas palabras, cuando me dices te quiero en la distancia, cuando se duerme la noche, cuando caminan nuestras almas por nuestro jardín secreto.

 No tengo miedo al futuro,  ni al pasado, no tengo miedo del tiempo que nos queda, ni de lo que ha de venir, me basta con el presente, sabiendo que te tengo, aunque sea en la distancia.

 No me importa escribirte en las olas, no tengo miedo a luchar con las gaviotas, no me importa lamer el tibio lecho a solas, de beberme tus besos alados, en la sombra,  ni de esperarte junto al brillo amatista  de los astros, que a estas horas, parecen cansinos con tu demora.

  Te dejo esta carta en el umbral del tiempo, en la magia de mis recuerdos y entre el fuego del deseo que me devora.

 Aquí sigo mi amor, limando mis esperanzas  en el dorso tenue de una decisión del cruel destino.

Pero tengo que decirte en esta noche, que sigo con mi sueño impenitente, que mantengo siempre abiertas las puertas de mi corazón, por si algún día, puedes escaparte de tu prisión.

 

 

Encarna Recio Blanco Recio





martes, 8 de octubre de 2019

Dichosos los que me miran...




Dichosos los que me miran

Con simpatía.

 Los que comprenden

Mi lento caminar.


 Los que hablan en voz alta

Para minimizar mi sordera.

Dichosos los que estrechan con calor

Mis manos temblorosas.


 Los que se interesan

Por mi lejana juventud.


 Los que no se cansan de escuchar,

 Las historias que con frecuencia repito.

Los que comprenden

 Mi falta de cariño. 


 Los que me regalan parte

De su tiempo. 

 Los que se acuerdan

De mi soledad.

 Los que me acompañan

 En el sufrimiento.


Dichosos los que alegran

 Los últimos días de mi vida.

 Los que me acompañan

En el momento del paso.


Y dichosos aquellos,

Que tienen un momento

Para estar con un enfermo,

Con un mayor.


Dichosos aquellos

Que parte de su tiempo…

 Lo dedican a estar

Con los mayores.

S. lucchetti


Encarna Recio Blanco







sábado, 28 de septiembre de 2019

Necesito de ti...



 Necesito de ti, de tu presencia,

De tu alegre locura enamorada.

No soporto que agobie mi morada

La penumbra sin labios de tu ausencia.

 

Necesito de ti, de tu clemencia,

De la furia de luz de tu mirada;

Esa roja y tremenda llamarada

Que me impones, amor, de penitencia.

 

Necesito tus riendas de cordura

Y aunque a veces tu orgullo me tortura

De mi puesto de amante no dimito.

 

Necesito la miel de tu ternura,

El metal de tu voz, tu calentura.

Necesito de ti…Te necesito.

R. León


Encarna Recio Blanco.







viernes, 27 de septiembre de 2019

El alma a gritos (Reflexiones)




El alma a gritos me pedía un respiro, el corazón me pedía un descanso, y mi cuerpo roto me decía que parase…!Que parase!

Les hice caso y, me perdí por una playa lejana y solitaria.

Un pequeño macuto con unos cuantos libros que hacía muchos meses no pude leer, un  bañador, unos pantalones raídos, una pamela de flores y unas enormes gafas para que nadie me reconociera.

 Me perdí, como una cabra  por el monte, por las orillas azules de las aguas, por las arenas calientes, y por aquellas aguas cristalinas que me purificaban.

Me adentré  por sendas donde sólo se oían los pájaros, donde había muchos árboles con sus vaivenes y que su sombra me servía como cobijo en las horas donde el sol abrasaba, y en los atardeceres dorados.

 Atrás quedaron los relojes, los maquillajes, los vestidos de lentejuelas, los periódicos, que siempre me sobresaltan por las noticias inquietantes que llevan en sus editoriales cada día, y en  las “Ondas de la Noche” la agenda y el móvil.

 Ahora estaba desnuda frente a un mar en calma que me abrazaba, con el silencio del atardecer que me mimaba, entre las cálidas arenas que me susurraban.

Ahora quiero poseer y que me posea el mar, el silencio lejos del mundanal ruido.

El mundo a veces, me iba envolviendo en una vorágine vertiginosa que me agobiaba, que me inquietaba, que ya no podía seguir, así es, que me fugué para encontrarme.

 …Y aquí estoy de nuevo, con mi piel que negrea, con miles de poemas que bullen en mi mente pidiendo salir, con mi alma relajada, con mi corazón en calma, y con más fuerzas para seguir en la brecha.

Ya estoy de nuevo con vosotros amigos, esta ausencia era necesaria.

 Seguimos unidos  en el rincón de la Paz, del Amor y de la Poesía.

 

Encarna Recio Blanco.




viernes, 21 de junio de 2019

Sobre las cosas que nos(Reflexiones)



Me gustaría reflexionar con las cosas que nos  pasan, con los miedos que tenemos o el porqué sentirnos seguros, con alguien que nos produce placer, y cuando tenemos seguro a alguien, dejamos de tener interés por él.

 A veces, entender simplemente es cuestión de querer, y en otros casos  sencillamente el problema está en no comprender, que hay cosas que pasan por que si, y que la única explicación es esa.

 A lo largo de mi vida, he buscado el resultado muchas veces, sin valorar la ecuación, a veces, he tenido ante mis ojos una solución rápida, y he querido encontrar otra menos certera, pero más difícil.

 No creo que el destino este marcado de antemano, a aunque reconozco, que hay  cuestiones en las cuales, el ser humano tiene poco que ver, pero en la mayoría de los casos, sufrimos por problemas que magnificamos, sin saber porqué, son granos de arena en un desierto de ideas, montañas de minúsculas vanidades que tenemos que vivir para afirmar, nuestra propia existencia.

 Quisiera que mi mundo fuera tan claro como los rayos que esta tarde surcan el cielo, que el universo se compusiera de personas sin doble intención y sin cambios de actuación en el último momento, que el amor fuera para siempre y no un arrebato de unos meses, unos días, pocos años a veces, que las palabras se quedaran en la tierra y fueran más pesadas que el aire.

 Me gustaría, que dos canciones, pudieran emocionar a una humanidad congregada, y que no hiciera falta más de una explicación, para llegar a un acuerdo.

Que no hubiera guerras, que no hubiera paro, que no hubiera hambre. Quisiera despertar sin ruidos, sin escaleras que subir, y sin infiernos que ver a lo largo de las pesadas horas del día.

Me gustaría paliar el dolor ajeno, y porque no, a veces también, un poco el mío.

  Quisiera encontrar bondad en los ojos de la gente, que se pudiera olvidar el dolor con el perdón, de aquellos, que lo causaron.

 El mundo en sus vueltas, va colocando cada ladrillo en su posición, algunos son fuertes y tardan en caer, y otros rompen la estructura, independientemente del lugar que ocupen.

 En la mayoría de los casos, el valor mismo de nuestra alma, depende de nosotros. Nosotros elegimos  caminos constantemente, sin imaginar cuan diferentes llegarían a ser nuestras vidas, si en lugar de una senda, hubiéramos adoptado por la de al lado, cuantas veces decimos; si yo hubiéramos hecho eso, no me hubiera pasado esto, pero eso, no es así.

 Al menos yo he tenido la suerte, de ser libre, de escoger siempre bajo el rigor de mis ideas, de no callar por imposición, y de saltarme más de una norma establecida, a la torera, que de vez en cuando, no vine mal.

 Mi vida será mejor o peor, quizás hubiera sido más feliz, por otros caminos, pero pocos pueden y podrán decir, que con sus más, y sus menos, fue lo que quisieron. Y si hay algo de lo que verdaderamente yo siento, y estoy muy orgullosa, es de haber sido yo, en todas las circunstancias de mi vida.

 

Encarna Recio Blanco