domingo, 21 de octubre de 2018

En la calle de las ánimas...


En la calle de las ánimas tengo mi casa, prendida

De dos palmeras frondosas que sostienen mi alegría.

 Las campanas de la iglesia me acompañan noche, y día.

Los entierros y las bodas, bautizan mis fantasías.

Ánimas impenitentes me saludan al pasar,

Van con las mantillas negras y las lenguas, a explotar.

 A mi lado se amontonan y las quieren declamar

Con voces desafinadas y cargadas de maldad.

Oigo gritos en la noche lastimosos sin parar,

Cortejos de solitarios que por las calles van.

El viento ruge cansado cuando las ve pasear,

Parece que las retira pero las deja pasar.

 Ánimas que vienen siempre cuando me empiezo

A inspirar, y que ahuyentan a mis musas,

Cuando contentas están.


 Encarna Recio Blanco





sábado, 20 de octubre de 2018

Apareció el otoño de repente...


Apareció el otoño de repente, casi sin hacer ruido.

 Las altas montañas ahora dormitan

Esperando la caricia de las nieves,

En las interminables noches de hojarascas.

 Un silencio sepulcral las envuelve soportando

Las tempestades  con manos duras.

 Altivas permanecen entre un viento  helado y bronco,

 Cambiando sus colores   me dan la bienvenida.

¡Donde emigraron las cigarras y los grillos!

¡Donde se fueron los rayos del sol que me abrasaban!

Donde se fueron las olas de aquella playa que siempre…

Me abrazaban.

Aquí estoy…Abandonada a lánguidos recuerdos.

Esperando lo que siempre espero temblando por si llegara

Algún día…el hombre que más quiero.

Tiemblo al pensarlo retando al destino pero se malogra,

Se abre la herida.

Y en mi fuero interno sigo en esa espera aunque

Sé que el milagro, nunca llega.

El otoño me desnuda y resplandece.

El futuro se me vuelve escarcha.

Ya no sé si estoy viviendo un sueño, o una verdad…

 Recia y amarga.

¡Otoñeció de pronto!


 Encarna Recio Blanco.



viernes, 19 de octubre de 2018

Ese beso que te transporta...


Ese beso que te transporta hacia cumbres relucientes

Donde la piel y los huesos,  se encienden.

Ese alarido que te lleva  por ignotos recovecos,

Huracanes, amalgamas, de sensaciones y deseos.

Donde se te ofrecen  aromas y melodías,

Con un eco grávido  hacia la cúspide del cielo.

Bocas que perecen juntas  en  el eterno oasis

 Desconocido, de esa estrella  que no descansa.

Quien no arde entre unos labios,

Se ha confundido de corazón…y de boca.

 

Encarna Recio Blanco.



miércoles, 17 de octubre de 2018

Amor como prometí-Cartas de amor


Amor:
Como prometí, aquí estoy otra vez, con el fusil de mi pluma a punto, esperando y llamando a mis musas que perezosas esta noche, no quieren aparecer por mi mente.

¡Es tanto mi sentimiento! Tanto el volcán  de mis pasiones, que mi cuerpo tiembla, y mis ansias renacen, tan solo con tu recuerdo.
 Quiero que sepas, que nunca he dejado de amarte, incluso cuando te encontrabas por otros caminos vedados para mí, en otros abrazos, que no eran los míos, en otra boca y en otro talle.

Aun así, yo te quería, y guardaba  mi secreto cual celestial melodía.
¡Ay amigo, amante, amor!
Cuántas noches, cuántos días, esperando solitaria que volvieras a mi vida, que encontrases de nuevo la senda de mis pasos.
Camino entre nieblas desde que te marchante, sueño que tú regreses y  me llenes con tu calma, con tus palabras, con tus silencios y con tus  besos.

El alba me hace compañía en esta callada noche, solo oigo el zumbido de la lluvia, que me acompaña, también llorando.
Quiero dormir y no puedo, busco  y rebusco entre mis recuerdos, y siempre aparece tu imagen  serena,  callada, llenando por un momento  de paz, lo que mi tormenta arrasa.

Quédate entre mis sabanas esta noche, aunque mañana despierte, aunque te marches de nuevo.

Pero déjame unos besos, que duren para siempre en nuestro lecho.

Encarna Recio Blanco.


viernes, 12 de octubre de 2018

Temprano de despertó --Para Lola Martínez EPIT


Para la  Asociación Epit Murcia-

Enfermos de Parkinson de inicio Temprano

Presidenta- Lola Martínez Caballero

 

 Temprano de despertó la madrugada moviendo cada cosa de su sitio,

Dejando sin fuerzas ni esperanzas, vuestro equilibrio.

Atajando con las manos los impulsos, adaptando  los estragos.

No hay día que no os preguntéis, si es que Dios

Os estaba abandonando.

¿Qué te estaba sucediendo? ¡Por qué a ti, que tanto había luchado!

Buscando entre libros y memorias la respuesta

Que nadie había creado.

Asumiendo pesadillas con la tristeza por carga.

La pasión no aparecía y el mundo no os importaba.

Empezasteis a sentir el frío de mil montañas heladas.

Las palabras no valían  y las fuerzas os  fallaban.

No queriendo  desistir de la tremenda tarea

Os enganchasteis a las armas para ganar la contienda.

Aceptando ése  destino con el coraje y las ansias,

Con la ruleta que os daba la puñalada.

No hay razones ni motivos, ni se  lo deben de buscar,

Sólo Dios traza caminos y por ellos, hay que andar.

Si os fallaran las  fuerzas las reclamáis a quien las pueda donar.

Y si las manos os tiemblan, las tenéis que sujetar.

Ayudarán los que quieran en ésta causa trabajar,

Los que sientan el amor, unido a la caridad.

El valor en vuestro puño, el coraje y la  pasión,

Y las agallas las fuerzas que impulsen al corazón.

También tendréis futuro porque bien lo estáis sembrando

Y  sentir que Dios a nadie…nunca deja abandonado.

Él sólo nos  manda pruebas que hemos de ir superando.

A los fuertes las más duras, porque sabe que ganamos.

Temprano madrugó la madrugada

Llenándoos  de sueños renovados y pensar

Que somos muchos los que estamos a vuestro lado.


Encarna Recio Blanco.





miércoles, 10 de octubre de 2018

Puedo tocar tu mano...


Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,

Y no volver el rostro para verte pasar.

Puedo apretar mis labios un día y otro día...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,

Casi aburridamente, sobre un tema vulgar,

Puedo decir tu nombre con voz indiferente...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo estar a tu lado como si no estuviera,

Y encontrarte cien veces, así como al azar

Puedo verte con otra, sin suspirar siquiera…

¡Y no puedo olvidar!

Ya ves: Tú no sospechas este secreto amargo,

Más amargo y profundo que el secreto del amor

Porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...

¡No te puedo olvidar!

J.A. Buesa

Encarna Recio Blanco