jueves, 11 de marzo de 2010

Por la calle de las ánimas



Por la calle de las ánimas nos encontramos los dos

Ibas del brazo de otra pero a mí no me importó.

Tocaban a la novena de María Encarnación

Y las beatas miraban el saludo de los dos.

A murmurar empezaron con sus lenguas afiladas

Diciendo que era un descaro la miraba que te echaba.

Que ya llevabas del brazo a tu esposa Salustiana

Y que aunque era muy fea la pobre era una buena muchacha.

 Yo iba con minifalda una blusa de lamé

Y las pestañas postiza que me compré en  Marrakech.

Relucía mi sonrisa más que los soles del Cielo

Porque portaba mi alma más limpia que los luceros.

 La culpa fue del destino que se encontraba en las ánimas

Tan aburrido y hastiado como las negras beatas.

Me hizo tilín tu mirada, me gustó tu porte fino

Y pensé para mis adentros ¡Podría ser mi marido!

 Pero como eras de otra… no quise seguir hurgando

Me planté mi dignidad y me fui de allí pitando.

Me subí a mi palomar donde no tengo palomo

Pero que puedo escribir lo que me sale del moño.

 

 Encarna Recio Blanco.



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