domingo, 13 de febrero de 2022

El amor-Reflexiones-


 El amor, el amor, es esa pócima milagrosa que cura las tristezas, es el  motor que hace andar a los sueños, el bálsamo sagrado del alma, es algo, que no se toca, se siente, no se hace, se construye, no se busca se encuentra, no se pide, se entrega.

 Hay que sentirlo aunque solo sea entre los sueños y contar los segundos que pasan hasta verlo. Esperarlo impaciente en el banco de los deseos, o deshojando margaritas en la ciudad perdida de los recuerdos, en las ruinas que la noche deja marchitas sobre nuestra almohada.

Hay que saborearlo, por las ligeras esquinas de las emociones, por los lejanos valles de la madrugada, y por la eterna sonrisa de la luna.

A cada paso, en cada libro,  en todas las estrellas que se posan en el firmamento,  en la cara oculta del matiz,  que guardan nuestros secretos, en el Frío de la noche, en el cálido encuentro, en las brumas de los mares, en lo oscuro de un cuerpo, y  en cada momento de nuestra vida.

Hay que esperarlo  impaciente en el Cielo de los elegidos, en la nube roja del destino, en la cara y la cruz, de cualquier quimera, en el valle, en las montañas, entre las olas del mar, en las mieles de la brisa, o en la oscura guarida, donde por la  noche la tormenta  anida.

Hay que decir te quiero, te amo en la pobreza, en lo rico del momento, en la calle más poblada, o  en la soledad de un desierto.

 El amor, siempre hace una parada en el andén de nuestra estación, para preguntarnos, si por un día, somos capaces de amar de verdad a alguien más, que a nosotros mismos.

Si tenemos amor encontraremos las  fuerzas para el perdón, las esperanzas en las batallas, la seguridad en el palco del miedo, y  en los desencuentros.

Hay que atravesar desiertos a veces, para encontrar un oasis en lo más recóndito de la tierra, en nuestros corazones, y dejar a la criatura,  que vive  dentro de  nosotros libre, alegre y feliz.

En el amor hay que tener la  madurez para decir me equivoqué, la valentía para decir perdóname, la sensibilidad para decir, te necesito, y la  capacidad para decir te amo…te amo.

Al amor, le pedimos alas para volar lejos, y en la distancia vemos donde nos encontramos, el nos da tiempo para aprender de lo vivido, para luchar y saber con quién nos enfrentamos, para correr y llegar a un buen puerto.

Si no tenemos  alas, si carecemos  de  tiempo, si no tenemos días, ni cielos, ni noches en vela,  ni siquiera tenemos sueños, no podremos seguir viviendo.

Esta noche memorable, en la que celebramos con la poesía día de los enamorados, donde hablamos de corazón a corazón, les diré que guarden el amor como el tesoro más grande de sus vidas, en un cofre repleto de bellos retratos, de buenos recuerdos, de poemas de amor, aunque sean lejanos, y sobre todo, aquellos primeros besos en la soledad de una noche cualquiera.

Les diré que sueñen despiertos, a cada momento del día, y que vivan con Intensidad, todas las situaciones que nos ofrece la historia que interpretamos.

El tiempo todo lo palia, y que los minutos son eternos, tanto… como nosotros queramos alargarlos.

Les diré, que tanto en el amor como en las guerras, no hay soldados sin heridas, pero también nos aportan las más bellas de las alegrías.

Espero y os deseo, que tengáis suficiente felicidad para que seáis más dulces, que tengáis las suficientes pruebas para que os hagáis más fuertes, y suficientes esperanzas, para alcanzarlo.

El amor es como un viaje, lugar de salida, una mirada, lugar de llegada, un corazón, y sobre todo, recordar que antes de tocar unos labios hay que acariciar el alma, y  que antes de conquistar un cuerpo, hay que tratar ganarse un corazón.

Hoy les deseo amigas y amigos enamorados, las más grandes de las pasiones, les auguro el más bonito de los versos y el cofre más repleto de amor, y sobre todo… no os olvidéis cada mañana, de pintar el amanecer, con una sonrisa.

 Esta noche les voy a revelar uno de mis secretos más ocultos, todavía…todavía siento la pasión y el amor, con igual intensidad de cuando era una jovencita, en el único órgano que no envejece ¡Mi corazón!

 

Encarna Recio Blanco.


domingo, 12 de diciembre de 2021

Navidad.


 Mis palabras esta noche van dirigidas a vosotros, mis amigos, amigos que me visitáis en mi blog y que tal vez, ni nos conocemos, pero que yo os siento.

Ya estamos en Navidad, unos días en los que las familias se reúnen, llegan los familiares al redil, días de regalos, de abrazos, de buenos deseos, donde los hogares y las calles se adornan con luces de colores, donde en las mesas se apiñan los manjares, el champan y el turrón, alegrando con ellos las dulces veladas.

En estos días, también hay otros seres humanos que están solos, que están enfermos en hospitales, muchos médicos que no pueden comer con sus familiares porque tienen que cuidarles.

Aquellos que están separados, y no pueden cenar con sus hijos, los que no tienen familia y deambulan de un lado para otro sin cobijo, los presos entre rejas que son inocentes, o los culpables, los que perdieron a sus seres queridos, a todos los que van a la deriva en pateras, y se dejan la vida ondeando en mares furiosos diariamente y en Noche Buena.

Y a tantos otros que por no tener, no tienen ni quien pueda darles un abrazo. Quiero deciros en esta pequeña reflexión, que todos somos hermanos, que podemos ser amigos, y a todos vosotros que aunque no os conozca, se que estáis ahí.

 Quiero que sepáis que hay en el mundo muchas, muchas  personas en  que se acuerdan no solo en estas fechas tan entrañables, sino siempre de las desdichas y las penurias de los demás.

 En todos los seres humanos del mundo existe la alegría y también la pena, en todos los corazones, el dolor a veces anida.

La felicidad es efímera como la vida misma, unas gotas de ella a  veces, nos emborracha, cuando no la tenemos ni la sentimos  parecemos fantasmas errantes que deambulamos de un lado para otro, para buscarla.

 Por eso, en estas fechas, y en otras similares, hay que sacar las fuerzas en los infortunios, que tenemos que avivar la fe, hacernos amigos del enemigo, dar agradecimiento y calor, a las fuerzas que se nos abren, a una mano tendida que te aprieta, a una sonrisa que te alienta, y aquella estrella fugaz que te alumbra, aunque solo sea un instante.

Hay que cultivar esa semilla Divina con la que Dios siembra y que florece en todos los corazones generosos, para luego llevarle los frutos de Su cosecha el día que nos llame para irnos. Para irnos hacia su Cielo.

Que la luz nos ilumine estas Navidades y eternamente. ¡Felices Navidades!

Encarna Recio Blanco.






Felices Navidades amigos.


 

domingo, 24 de octubre de 2021

Tengo miedo...





Tengo miedo a perder la maravilla,
 De tus ojos de estatua, y el acento
 Que de noche me pone en la mejilla
 La solitaria rosa de tu aliento.

 Tengo pena de ser en esta orilla
 Tronco sin ramas; y lo que más siento
 Es no tener la flor, pulpa o arcilla,
 Para el gusano de mi sufrimiento. 

 Si tú eres el tesoro oculto mío
 Si eres mi cruz y mi dolor mojado
 Si soy el perro de tu señorío

 No me dejes perder lo que he ganado
 Y decora las aguas de tu río 
Con hojas de mi otoño enajenado.
 G. Lorca. 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 23 de octubre de 2021

Ayer pasaste junto a mi lado...



Ayer pasaste junto a mi lado 
Y tus ojos apagados al verme…
 ¡Resucitaron! 

 Tu pelo, ahora era blanco
 Por el peso de los años
 Y tus labios tan fogosos
 Ahora estaban apagados.

 Con los puños apretados 
Y aligerando el camino
 Te perdiste por la senda 
Por donde mora el olvido.

 Te mire, y seguí andando
 Por la calle de la amargura
 Sintiendo la desventura
 De nuestras vidas.

 Cómo dos amantes locos
 Que se amaron sin medida
 Pasan uno frente al otro 
Y sus ojos ni se miran. 

 Y como aquellos sabuesos
 Que buscan con la mirada
 Yo giré dando una vuelta 
Para seguir tu escapada.

 A lo lejos divisé 
 Una mueca de dolor
 Un letargo de esperanza
 Y una tez, ya sin color.

 Aunque pasaron los años
 Sé que no me has olvidado
 El amor sigue presente 
Queramos, o no queramos.

 Encarna Recio Blanco.