sábado, 19 de enero de 2019

Sobre tu piel



Sobre tu piel quiero escribir

Mis fantasías.

Con el pincel y la pluma

Entre mis dientes.

Dibujando mil colores,

Cual arco iris refulgente.

Deja que mis manos se afanen

Por el barbecho,  y siembren.

Duerme…duerme,

Con la placidez de saber

Que nuestros corazones,

Se aman locamente.

Déjame que te tatúe

De besos todo el cuerpo.

Que me pierda

Por la descontrolada respiración,

Que me estremece.

En nuestro lecho,

Cuajado de madreselvas,

El perfume nos envuelve.

Abanicando las sabanas mojadas

El alba, se entretiene.


De mi último libro.

“Atardeceres de Fuego”


 Encarna Recio Blanco

 


miércoles, 16 de enero de 2019

Resiste, mi niño resiste...


Resiste, mi niño resiste

Resiste en ese negro agujero.

Que aquí todos te esperamos

Con los brazos abiertos.

Resiste, que aquí arriba

 El sol resplandece,

 Para imbuirte el calor

Que necesita tu cuerpo.

Resiste mi niño, no tengas frío,

 Que ya no hay nieve

Que la lluvia se alejó

Para no mojar tu cuerpo.

Que el viento ya es apacible

Para entrar en tu agujero

Y para que tu corazoncito

Siga con fuerza latiendo.

Resiste, que las estrellas

Todas están encendidas,

Para que no tengas miedo

Te alumbrarán noche y día.

Resiste pequeño niño,

No tengas miedo.

Has de volver a la vida…

¡Sano y salvo!

¡Y que espere el cielo!

 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 5 de enero de 2019

Agranda la puerta Padre...


Agranda la puerta Padre

 Porque no puedo pasar.

La hiciste para los niños,

Yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,

 Achícame por piedad.

Vuélveme a la edad aquella

En que vivir es soñar.

Unamuno.

Encarna Recio Blanco.



No quiero ningún regalo


No quiero ningún regalo

Que se compre con dinero.

Voy a pedir a los Reyes Magos

Algo que necesita esta tierra,

Con urgencia.

Les pido Paz para el mundo.

Que se hermanen los pueblos.

Que se abran las fronteras

Y que los niños no mueran

En la guerra.

Les pido solidaridad para repartir.

La fe y la esperanza para subsistir.

Ternuras y besos para compartir.

Y esas delicias del Cielo

Que no se venden aquí.

Eso quiero Reyes Magos

Si tenéis a bien oírme

Y dejarme estos regalos…

Os prometo repartirlos

Entre aquellos que no creen

En el mandamiento Divino.

 

Encarna Recio Blanco




sábado, 29 de diciembre de 2018

A Dios le agradezco- Reflexiones-

 

A Dios le agradezco, haber llegado hasta el final de un año más, y poder disfrutar de un año nuevo que empieza.

Porque mi familia, que está sana y feliz, aunque esté lejana, por mi sombra que me ve correr  hacia el sol, esto significa  que puedo alcanzar la luz.

 Por las faenas que tengo que hacer diariamente, y todo los demás quehaceres porque esto significa, que tengo casa.

Por esas vueltas que tengo que dar para buscar un aparcamiento porque esto significa, que tengo coche.

 Por las ropas que me quedan ajustadas, esto significa, que tengo suficiente para comer.

Por esos ruidos infernales de la gran ciudad, porque significa que  los oigo.

Por el cansancio y los dolores musculares que al final del día  tengo, porque esto significa, que tengo fuerzas para seguir.

 Por el despertador que suena  tan temprano todas las mañanas, porque esto significa, que estoy viva.

Por tantas y tantas cosa, hoy al finalizar un año más, me detengo para dar gracias a Dios que a veces me olvido.

 No quiero que se me olvide  mi  tiempo de vida, en asuntos que no merecen la pena, nadie viene a este mundo a encerrarse en un lugar oscuro, ni a lograr la aprobación de los demás,  ni a matar el tiempo, el tiempo es algo maravilloso, un recurso no renovable.

 Quiero mirar para atrás, solamente para cerrar los asuntos pendientes, es el único  modo en el que el pasado, puede realmente pasar.

Hacerme cargo de mis errores y pedir disculpas, reconocer lo recibido, dar las gracias, intentar comprender lo no comprendido, lo que ya no es, y comenzar  a hacer espacios para lo nuevo.

 Quiero pedir ayuda cuando la necesite, para volver a posarme  sobre mis propios pies, dejarme ayudar, es un buen antídoto para la omnipotencia, o la necedad.

Y ayudar, ayudar requiere el ejercicio de una solidaridad inteligente, de sus trampas y de sus límites.

 Quiero permanecer abierta a encontrar a verdaderos compañeros de camino, afines a mi más íntima esencia, como decía “Vinicio” la vida es el arte del encuentro.

Quiero vivir, viva es poco frecuente en los humanos, lo lograré  si  continúo  trabajando para abrir las sensibilidades y las conciencias.

 Quiero ser parte de aquellos que más que un año nuevo, celebran cada día, un día nuevo, intensamente vivos, y es que amigos, hay un único tiempo…aquí y ahora.

  

Encarna Recio Blanco.





domingo, 23 de diciembre de 2018

¡Silencio…silencio…


¡Silencio…silencio…silencio! Que calle el mundo un momento

Que está a punto de nacer un niño ¡Que  ya está naciendo!!!

La luz del Cielo baja la nieve  se cuajó la estrella guía a los Magos

Oro, incienso y mirra, en el zurrón.

Van a adorar a un niño que entre pajas sonríe, aún sabiendo

Que le espera el martirio de una cruz.

En bandadas los Ángeles entre estrellas y luceros

Se afanan para adorar al Rey de los Cielos.

Alrededor de unos troncos de unos encendidos robles

Los pastores se apiñan con zambombas y tambores.

En los nudosos rediles las ovejitas se esconden

Detrás del frío portal beben nieve y piensan que comen.

La noche huele a romero la luna  derrama pureza  por el sendero

Y la tierra en un instante… de Paz está floreciendo.

Desde mis ventanas  veía mil lucecitas y eran las estrellas

Que estaban loquitas.  Brillaban… brillaban, corrían veloz,

Muy contenta gritaba: ¡Ha nacido Dios!

Hosanna en las alturas, el Niño nos llegó, que cante

 El mundo entero un villancico de amor.

Vengo de la Extremadura de la Extremadura vengo,

Y al niño Jesús le traigo mis poesías en un cesto.

¡Gloria a Dios en las alturas! Paz en la tierra a los hombres.

Dios ha nacido en belén en esta dichosa noche.

Un niño recién nacido que Hombre y Dios…

Tiene por nombre. ¡Silencio…Silencio!

 

Encarna Recio Blanco.




Mis palabras esta noche-reflexiones-

Mis palabras esta noche van dirigidas a vosotros mis amigos, amigos que me visitáis en mi blog y que tal vez, ni nos conocemos, pero que yo os siento y que  ahora me leéis.

Ya estamos en Navidad, unos días en los que las familias se reúnen, llegan los familiares al redil, días de regalos, de abrazos, de buenos deseos, donde los hogares y las calles se adornan con luces de colores, donde en las mesas se apiñan los manjares, el champan y el turrón alegrando con ellos las dulces veladas.

En estos días, también hay otros seres humanos que están solos, que están enfermos en hospitales, muchos médicos que no pueden comer con sus familiares porque tienen que cuidarles.

Aquellos que están separados y no pueden cenar con sus hijos, los que no tienen familia y deambulan de un lado para otro sin cobijo, los presos entre rejas que son inocentes, o los culpables. Los que perdieron a sus seres queridos, a todos los que van a la deriva en pateras y se dejan la vida ondeando en mares furiosos diariamente y en Noche Buena.

Y a tantos otros, que por no tener no tienen, ni quien pueda darles un abrazo. Quiero deciros en esta pequeña reflexión, que todos somos hermanos, que podemos ser amigos. Y a todos vosotros que aunque no os conozca, se que estáis ahí.

 Quiero que sepáis que hay en el mundo muchas, muchas,  personas con buenos sentimientos  que se acuerdan no solo en estas fechas tan entrañables, sino siempre, de las desdichas y las penurias de los demás.

 En todos los seres humanos del mundo existe la alegría y también la pena, en todos los corazones el dolor a veces anida.

La felicidad es efímera como la vida misma, unas gotas de ella a  veces nos emborrachan, cuando no la tenemos ni la sentimos,  parecemos fantasmas errantes que deambulamos de un lado para otro, para buscarla.

 Por eso, en estas fechas, y en otras similares hay que sacar las fuerzas en los infortunios, que tenemos que avivar la fe, hacernos amigos del enemigo, dar agradecimiento y calor a las fuerzas que se nos abren, a una mano tendida que te aprieta, a una sonrisa que te alienta, y aquella estrella fugaz que te alumbra, aunque solo sea un instante.

Hay que cultivar esa semilla divina con la que Dios, siembra y que florece en todos los corazones generosos, para luego llevarle los frutos de Su cosecha el día que nos llame para irnos para siempre, hacia su Cielo.

Que la luz nos ilumine, estas Navidades y eternamente.

¡Felices Navidades!

  

Encarna Recio Blanco.