sábado, 8 de marzo de 2014

¡Mujer…mujer…mujeres!


¡Mujer…mujer…mujeres!

Hoy mi pluma clama para ti  porque eres…

Esa estrella brillante de la noche cuando el Cielo duerme.

Derramando la paz y armonía con la lira de tus sueños 

Por todos los rincones.

Con tu velo de nácar las sombras amilanadas desaparecen

En el Olimpo  de tus fuerzas hasta el mar se adormece.

¡Mujer…mujer…mujer!

Eres cual  roca  perenne que altiva nunca se deshace,

Aunque algunas veces, el rayo laceró tu bella frente.

Lirio trasnochado en la vertiente de muchos sinsabores,

Vas dulcificando poco, a poco,   con sonrisas, los dolores.

Diosa de los tiempos abono cuando gime el azahar

Incandescente la llama de tu piedad.

¡Mujer…mujer…mujer!

La vida germina en tu cuerpo con semillas de amor impacientes,

Y la sementera fecunda  florece en la tierra fértil de tu vientre.

 Nodriza  incansable…de tus pechos, cual fuente

 Indulgente legas el maná sagrado donde los retoños

Se avivan y florecen.

Cual hormiga laboriosa te afanas en  resguardar  tus  simientes

Para que el crudo invierno no las reviente.

Acuarela que Dios dibujó con sus manos

En el jardín donde la paz florece con una perla inmaculada

De diosa te tatuó la frente.

 Refugio para el hambriento  en el desierto de las esperanzas.

Timón de un velero cuando naufraga.

Tu grito callado a veces, nadie oye en un Mundo yermo y sombrío

Donde las voces,  por acantilados de temores mueren.

 Hoy mi grito  elevo  para ti mujer con tal fuerza  y en tu nombre,

Que llegará hasta los confines de esta tierra para que te adoren.

 ¡Si das la vida mujer! Que nadie te haga llorar…

Porque Dios va contando tus lágrimas para multiplicar

El amor en tu corazón que tienes que regalar.

 

Encarna Recio Blanco.



 


sábado, 1 de marzo de 2014

Hoy está contento el Cielo.



Hoy está contento el Cielo

Y me manda una sonrisa

Un ramillete de besos

Y una sorpresa querida.

 Hoy las brisas me susurran

Que la esperanza está viva

Y el camino ya lo veo

Con rosas, en vez de espinas.

Hoy cantan los ruiseñores

Hoy son verdes las colinas

Hoy a mí me ha dicho Dios

¡Qué me quieres vida mía!

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 28 de febrero de 2014




¡Lucía el sol en los cielos…Paco!

Cuando en la caja de ébano volvías

Hacia tu última morada.

Tu guitarra dormida por compañera

Sin tus manos despiertas a tu lado lloraban.

 Navegando entre  Cielos y  mares

A tu paso y en silencio, todos te saludaban

Surcando  el  camino del silencio

Te devolvían hacia tu patria.

¡Lucía el sol en los Cielos…Paco!

A tu regreso entre la pena todos lloraban

Porque aquel ruiseñor de las cuerdas

Con sus manos inertes y frías

Para siempre se nos marchaba.

 Con el corazón hecho pedazos

Desgajado te tronchaste en aquella playa

Donde el viento, sin tu saberlo

Con una triste canción, ya te avisaba.

 ¡Lucía el sol en los Cielos…Paco!

 Que para acogerte en el edén infinito

Quiso vestirse de gala,

A nosotros nos dejas para siempre

Lo que nunca morirá… tu gran obra

Y las melodías de tu guitarra.

¡Descansa en Paz!

 

 Encarna Recio Blanco.




viernes, 21 de febrero de 2014

Si cayera en la noche la última estrella


Si cayera en la noche la última estrella

Iría tras de ella para ofrecértela.

Si se secara de golpe a humedad de la  tierra

Recogería con mis manos agua para ella.

 Si se apagara de pronto la luz del sol

Encendería una hoguera para que me vieras.

i no nos quedara  tiempo en nuestros relojes

Treparía las montañas para ponerlo en orden.

 Si se desgarrara ciega la fuerte tormenta

Pediría a los truenos que  la detengan.

Si te faltaran las fuerzas amor mío para persistir

Me arrancaría las mías para dártelas a ti.

Si nuestra cometa no pudiera volar...

Pediría a los Cielos el aire del mar.

No temas mi amor que no hay más verdad

Que este amor  que es más  grande

¡Que la eternidad!

 Tú pones el alma y yo la pasión

Y Dios que nos llene de amor…

Mucho más el corazón.

 

Encarna Recio Blanco.



 


sábado, 15 de febrero de 2014

Sonaban campanas


  Sonaban campanas

A ritos solemnes

El alba llegaba

Cual diosa luciente.

Seguía escribiendo

Con ritmo creciente.

Mis ojos cansinos

Mis manos dolientes.

Larga fue la noche

Más la madrugada

Estrujé mi mente

Vomité mis ansias.

Corrí hacia la iglesia

El cura rezaba

Vestido de blanco

Aquella plegaria.

Me auné en su rezo

Cual oveja mansa

Quería nutrirme 

Del maná del alma.


Encarna Recio Blanco.

 


jueves, 6 de febrero de 2014

Amante... amigo...




 Amante... amigo... añorado.

Hombre lejano y cercano.

Mitad de mi corazón.

Yugo al que estoy siempre atado.

Luz de mi alegría… llanto.

Tiempo maldito y bendito.

!Funesto destino!

!Siempre engañándonos!


  Encarna Recio Blanco.