Sonaban campanas
A ritos solemnes
El alba llegaba
Cual diosa luciente.
Seguía escribiendo
Con ritmo creciente.
Mis ojos cansinos
Mis manos dolientes.
Larga fue la noche
Más la madrugada
Estrujé mi mente
Vomité mis ansias.
Corrí hacia la iglesia
El cura rezaba
Vestido de blanco
Aquella plegaria.
Me auné en su rezo
Cual oveja mansa
Quería nutrirme
Del maná del alma.
Encarna Recio Blanco.
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