He querido atar
Del Cielo una
estrella
Tira que te
tira…
Pero se me
suelta.
¡He querido mucho!
Y siempre se suelta.
Esta cuerda
mía…
¿Porque se me
rompe?
¿Cuándo más
aprieta?
Encarna Recio Blanco
He querido atar
Del Cielo una
estrella
Tira que te
tira…
Pero se me
suelta.
¡He querido mucho!
Y siempre se suelta.
Esta cuerda
mía…
¿Porque se me
rompe?
¿Cuándo más
aprieta?
Encarna Recio Blanco
Grito al Cielo que me detenga
Para no correr hacia tus brazos.
Grito a la fuerza que venga
Para que frene mis pasos.
¡Que mis ojos no te vean! ¡Dios!
Y yo más quiero mirarlos.
Que mi cuerpo no me pida
El calor de tus letargos.
Que se acabe el día,
Para cerrar bien mis ojos.
Para ponerle grilletes
A este corazón tan loco.
Grito al Cielo que detenga
Esta lluvia de mis ojos.
¿Pero el Cielo no responde?
¿Se habrá quedado dormido?
Encarna Recio Blanco.
Está llorando la tarde
Es el día de los difuntos
De los que ya se marcharon
Y nos dejaron de luto.
No me gusta ver las flores
En las lápidas de ceras
Porque se secan llorando
En las frías piedras.
No me gusta ver murmullos
De mujeres enlutadas
Con las velas encendidas
Y las mentes apagadas.
Altos y tristes cipreses
Se balancean con el viento.
La tarde sigue llorando
En el triste cementerio.
La comitiva se aleja
Entre coches atronando
Cual caravana festiva
Donde pasaron un rato.
No dudo de ese dolor.
No dudo de ese dolor
No dudo del sentimiento.
De lo que dudo
Es que hoy algunos…
No recen a sus difuntos
Ni un Padre Nuestro.
Encarna Recio Blanco
Fueron
tantos días.
Tantas
noches.
Tantos
momentos…
Que por más que yo le pida
A mi fe que siga ardiendo
Ya se ha negado a alumbrar
En nuestro mundo secreto.
Me dice que quiere irse
Descansar
de éste tormento
Que ya
no puede esperar
Ni un
momento.
He atado bien las esperanzas
La pasión
y aquellos besos
Y
cuando las di de espaldas
Todas
volvieron corriendo.
Me suplican que libere
A mi pobre corazón
Que
llora por las esquinas
Pidiendo
perdón.
Sé que no pueden salvarse
De esta condenada de amor
Por un
delito con pena
Que la
luna me incitó.
La gente mira riendo
Y se
burlan de mis pies
Que
corren buscando algo
Que no
se puede coger.
No me llamas
Y
cansada de esta espera picasiana
Grito
pidiendo a la Virgen
Que
responda a mi llamada.
No le pido que me quieras
Ni que
me jures eterno amor
No le
imploro tu presencia
Sólo le
pido perdón.
Sólo deseo que Ella entienda
Que yo ya
no puedo más
Que
esta carga me atormenta
Y me
duele esta verdad
De saber que estoy amando
A quien
no me puede amar.
Encarna Recio Blanco.
Cuando la vida me muestre
Razones para quererte…
Quizás ya no pueda amarte
Ni siquiera retenerte.
Ya no podré olvidar la farsa
Cuando tú me lo propongas.
Es injusto padecer
La agonía de las horas.
Los minutos, los segundos
Que se paran en el tiempo
Y que me cuentan las mentiras
Que tú me has ido diciendo.
Que encienden todas las luces
Cuando quiero estar dormida.
Que hablan pegando gritos
Cuando el silencio me mina.
Déjame soñar que vuelo
Sin alas entre montañas.
Que no me asusta el invierno
Ni sus escarchas heladas.
Déjame mirar al Cielo
Y ver que el Sol me ilumina
Para ver con claridad
El teatro de tu vida.
Encarna Recio Blanco
Cuantas
tardes paseamos
Por el
jardín del olvido
Por el
árbol de los sueños
Y por
el bosque prohibido.
Cuantas noches dibujamos
Con los
dedos las estrellas
Escribiendo
mil poesías
Sin que
la luna nos viera.
Cuantas veces estas manos
Tocaron
tu frío cuerpo
Estudiaron
tus lunares
En
tálamos de fuegos.
Cuando surcos sin querer
Hacer
daño a mi barbecho
Con
tempestades labradas
En
verano y en invierno
Siempre queda la esperanza
Dormida
bajo un lucero
Mientras
se mecen mentiras
En el
baúl de los sueños
Sé que no quedan salidas
Salvo
que olvide lo nuestro
Pero no
puedo olvidar
Algo
que llevo tan dentro
Me castigarán las llagas
De mi
corazón maltrecho
Saldará
el tiempo las deudas
Que nos
perdonó el momento.
Y seguiré caminando
A solas
con mis recuerdos
Y con el
tormento de amarte
Sin tú tener
El
valor de luchar por ello
Aunque sepas cuánto te quise…
Y cuánto te quiero.
Encarna Recio Blanco