En esta
tarde, denuncio con todas mis fuerzas,
el horror… el horror y la
tragedia que estamos padeciendo cada día
a nuestro alrededor.
No se puede, ni se debe ver tanta sangre de
inocentes derramada por los suelos, gente asustada corriendo de un lado para
otro, esquivando un cuchillo, una bomba.
La
guerra, nos acosa en cada esquina a manos de unos pocos, que no les importa ni la
vida de los otros, ni la muerte de ellos mismos.
Esta
tarde denuncio a los mandatarios de un mundo que se desgrana, entre laberintos
del poder malsano, sin importarles el sufrimiento ajeno, y por no poner los
medios suficientes para remediar tantas atrocidades.
Que de
una vez por todas, se percaten de esos mares llenos de pateras a la deriva, con
seres de carne y hueso muertos de frío, de hambre y de sed, huyendo del
infierno.
Denuncio
la hipocresía de este entorno tan hostil, la intolerancia y el desamor.
Elevemos nuestras voces por esos niños que
sufren y lloran, más de lo que juegan, que pasan hambre entre balas y miserias.
Estamos acostumbrados a ver a mucha gente herida, pero no a ver a tantos niños
destrozados, a oír gritos, pero no al estruendo de las bombas.
Entre
todos tenemos que vencer al terrorismo, a la falta de libertades, al
descontrol, a la escasa solidaridad, a la ira, al egoísmo, a la rendición, a la
incoherencia, y alentar a esos que rigen los destinos del mundo, a que
encuentren la formula exacta, para erradicar de cuajo y arrear a los jueces de
togas mohosas.
Que el
amor esta tarde haga, una parada en el
andén de nuestra estación, para preguntarnos, si por un día, somos capaces de
amar a nuestro prójimo más, que a nosotros mismos.
Si
tenemos el amor y la solidaridad, en nuestras manos, encontraremos las fuerzas para el perdón, las
esperanzas en estas negras contiendas, la seguridad en el palco del miedo, y en
los desencuentros.
Por eso, mis letras en esta tarde, son más que palabras, oraciones,
es hablar con el corazón y el alma entre mis manos, expresando estos sucesos tan cruentos,
e intentar con ello, caminar hacia un mundo nuevo, a través de la unión de
todos los pueblos, para que entre todos, intentemos hacer un mundo nuevo, y
sigamos luchando con la única bandera de la Paz, y por la Paz del mundo.
Encarna
Recio Blanco.