A ti me
arrojo sin vacilar
Por la
llanura de tu cuerpo.
Mójate
en mi cascada arrolladora
Y bebe
de mis aguas peligrosas.
En el
viaje hacia la meta
Corona
con tus manos mi impaciencia
Habítame
con los suspiros
De tu
frondosa sementeras.
Queriéndote
ahogar en el placer
Mi
cuerpo, no tiene hartura.
Cual un
corcel desbocado
Se
pierde, por la llanura.
Encarna
Recio Blanco.