Dejé escondidos los
sueños que algún día esperaba para que me encontraras, las esperanzas e
historias que quería compartir contigo.
Deje escondidas las
sonrisas, los libros, los poemas y todos aquellos recuerdos, que ahora se amontonan en mi
memoria.
Escondí las palabras que
olvidamos decirnos en el filo de aquella luna, las miradas que furtivas, se han
marchado con el viento, los anhelos, las ilusiones, y las mil cartas de amor,
que te escribo, cada noche, en el rincón de los sueños.
He reservado el último abismo
de la tierra, un pequeño paraíso, lleno de todos aquellos recuerdos, que escondí
para ti, para nosotros, espero que algún amanecer me diga, donde están tus
deseos, para esconderlos del mundo, de la tierra y hasta de los Cielos, para
guardarlos en un rincón del alma, donde nadie pueda verlos.
Encarna Recio Blanco.
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