Ni suena como la tormenta.
Ni
como las bombas estallan.
Ni
como una orquesta desafinada.
El hambre dormita silenciosa
Bajo
los puentes arrebujada
En
un ser humano que calla.
El hambre no se oye…
¡El
hambre! ¡Se siente!
Encarna
Recio Blancos.
Ni suena como la tormenta.
Ni
como las bombas estallan.
Ni
como una orquesta desafinada.
El hambre dormita silenciosa
Bajo
los puentes arrebujada
En
un ser humano que calla.
El hambre no se oye…
¡El
hambre! ¡Se siente!
Encarna
Recio Blancos.
Nací, en una posguerra, cuando la comida escaseaba.
Cuando no había ni lumbre, ni leña.
Mi madre lloraba cuando me tomó en su regazo.
La comadrona dijo al oír mi alarido
Que parecía un leopardo.
Nací, cuando los hombres volvían derrotados
Del frente, con los ojos secos, con
el hambre acuesta.
Ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca.
Cuando en el campo el arado esperaba las simientes,
Para hacer el alimento de los indigentes.
Cuando todo escaseaba llegué dando gritos.
Porque ya percibía que tenía hambre, y frío.
Tal vez, ya me preparaba para demandar
Justicia, Paz, y Solidaridad,
Para todos aquellos que la padecieran.
…Y aquí sigo demandándole en un mundo de sordos.
Donde algunos se enriquecen con el sudor de los otros,
Y a ellos, les sobra de todo.
Mientras los pobres carecen de lo más necesario.
Ni pan, ni agua, ni abrigo, ni justicia para corregirlo.
Donde el poder y el dinero, es lo que cuenta.
Encarna Recio Blanco
Me rebelo
contra el Mundo, contra locos mandatarios
Que no
cumplen con justicia, lo que les encomendamos.
Si se
paran a pensar en donde estamos metidos
Nos
iríamos corriendo, a otro edén desconocido.
Así no podemos seguir, nada va como debiera
Los mares
contaminados, y la tierra que se seca.
Las
guerras se multiplican y nos llamamos humanos
Incívicos
con un mundo que hemos intoxicado.
Los hombres matan a sus mujeres con el amor como excusa
Palabras
que no conocen y que no han sentido nunca.
Los
valles antaño verdes hoy te tiñen de dorado
Desbastados
por las llamas en cenizas se han tornado.
Los poderosos Señores que dirigen nuestros pueblos...
No buscan
las soluciones, pero se suben el sueldo.
No son ellos los culpables también lo somos
nosotros,
Por no
cuidar nuestro entorno que enfermo pide reposo.
Hagamos algo muy pronto aunque nos parezca tarde
Porque si
no lo enmendamos cualquier día
Saltaremos por los aires.
¡A
trabajar Mandatarios y limpiar bien este Mundo!
De
guerras, de Nucleares, de hambre, de injusticias
Y de
escombros.
Me rebelo contra el Mundo, contra locos mandatarios
Que no
cumplen con justicia, lo que les encomendamos.
Encarna
Recio Blanco.