miércoles, 6 de febrero de 2019

Nací, en una posguerra...


Nací, en una posguerra, cuando la comida escaseaba.

Cuando no había ni lumbre, ni leña.

Mi madre lloraba cuando me tomó en su regazo.

La comadrona dijo al oír mi alarido

Que parecía un leopardo.

Nací, cuando los hombres volvían derrotados

 Del frente, con los ojos secos, con el hambre acuesta.

 Cuando los niños de harapos llenos, no tenían

Ni  un mendrugo de pan que llevarse a la boca.

Cuando en el campo el arado esperaba las simientes,

Para hacer el alimento de los indigentes.

Cuando todo escaseaba  llegué dando gritos.

Porque ya percibía que tenía hambre, y frío.

Tal vez, ya me preparaba para demandar

 Justicia, Paz, y Solidaridad,

Para todos aquellos que la padecieran.

…Y aquí sigo demandándole en un mundo de sordos.

 Donde algunos se enriquecen con el sudor de los otros,

 Y a ellos, les sobra de todo.

Mientras los pobres carecen de lo más necesario.

Ni pan, ni agua, ni abrigo, ni justicia para corregirlo.

 Entre balas, pateras, fronteras, perecen, en un mundo,

Donde el poder y el dinero, es lo que cuenta.

 

Encarna Recio Blanco




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