Donde
muy pocos
Tienen
el valor de beber.
Los cobardes por miedo
A
que se ahoguen no beben...
Aunque estén muertos de sed.
¡La
libertad es esa fuente!
Encarna Recio Blanco.
Donde
muy pocos
Tienen
el valor de beber.
Los cobardes por miedo
A
que se ahoguen no beben...
Aunque estén muertos de sed.
¡La
libertad es esa fuente!
Encarna Recio Blanco.
Ante mi universo de hambre
Sólo quiero oír tu voz y que me abraces
Para que me transportes a tu infinito edén
Y así saciarme.
Distorsiona el silencio de la noche
Mis suspiros, que cuales fibras rotas,
Quieren escaparse de mí
Para ir en tu búsqueda.
El fuego juega con mi espera
Copiosamente.
Amilanada acaricio mi piel buscando
La sombra de tus huellas.
Para que habites en mí que soy refugio.
Tu manantial, tu fuente fresca.
El vino que emborracha tus sentidos
Y el maná sagrado que te sustenta.
Tú eres el propietario de mi campo.
El sembrador de mis sueños en mi tierra
Porque sabes deshacer con tus abrazos,
Mis penas y mis tristezas.
Encarna Recio Blanco.
Cual alma en pena trajino
Entre sabanas nevadas
Buscando tu cuerpo
Y el calor que emanabas.
Delirando contigo,
Con la otra, y con aquel,
Para que mis versos puedan,
Apaciguar mi hambre, y mi sed.
Al clarear la mañana
Vuelvo al tajo una, y otra vez.
Entonces mis musas,
Ya no me quieren ni ver.
Tardes, madrugadas, noches,
Con mi fusil otra vez…
Sin poder parar la guerra
Que contigo, me encontré.
Encarna Recio Blanco