sábado, 21 de mayo de 2016
Ya que no puedo ser libre...
sábado, 14 de mayo de 2016
Cuando cierro mis ojos...
Me
pierdo entre tu cuerpo
Y
me dejo llevar
Por
el mar de los deseos.
Placeres de locura me despiertan
Abrigada
en lo profundo de tu pecho
Y
la magia se entremezcla en la palabra
Que
calla tu boca y estoy sintiendo.
La noche me desnuda
Las
olas me susurran
La
aurora quedito me dice
Que
despierte de mi locura.
Entre tu rizado vello aquella noche
Con
hambre atrasada
La
antorcha del deseo despertaste
Y
te cubrí de besos el alma.
Encarna
Recio Blanco.
domingo, 1 de mayo de 2016
Madre… Cuantas veces mi pluma sencilla...
Madre…
Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo.
Se queda sin tinta y el papel se rompe.
Nunca pude madre estando consciente,
Hacerte un poema como te mereces.
Fui la oveja negra en redil caliente…
Fui la incomprendida, la que quizás no merece
Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.
Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía.
Fueron aquellos cachetes luz para mis negros días.
Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña
Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela
Sino para ir por la vida.
Un buen día de tu nido voló tu paloma herida,
Y se fue sola remontando sendas, valles y colinas.
Lejos de ti comprendió porqué tantas regañas.
El “¡ten cuidado! ¡No corras! y ¡heme aquí con mil heridas!
Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña.
Y me duele el corazón y me duele el alma mía
Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.
Recordé tanto mi escuela, a mi maestra…
Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,
Ya escribía mis poesías.
Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía.
De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.
¡Al amor, pobre de mí!
A la vida y era tan niña, y a esas cosa que hoy conozco
Antes, que distinta las creía.
Hoy con los años se tornan en realidades tan frías,
Que te hielan las entrañas, que te ateridan tus días.
Por eso añoro las cosas madre, de cuando era una niña.
Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías.
Y que si las conocías… siempre tú las silenciaste
Para no tarar mis días.
Pero como es imposible Ir de buenas por la vida,
Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.
Se endurecieron mis huesos. Trabajé como tú hacías.
Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.
…Y aquí me tienes, ya hecha, casi una mujer prendida,
De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.
Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía…
Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.
Otra vez madre será… Cuando mis musas dormidas
Despierten. Prometo hacerte, Madre…
La mejor de mis poesías.
Encarna Recio Blanco.
sábado, 30 de abril de 2016
Soy el sueño con el que sueñas...
Soy
el sueño con el que sueñas cada noche
La
golondrina que aletea en el alfeizar de
tu ventana
El exquisito bocado de tu hambre sin catarla
Y
la melodía de tus cansinas madrugadas.
Soy el pecado y la penitencia de tu alma
El
arriero con su noble carga a las espaldas
La
espina y el canto de una alondra enamorada
La
locura y la pasión que se desatan
Cuando
abres los ojos y la ves a ella en tu cama.
Encarna
Recio Blanco.
martes, 26 de abril de 2016
En tu nombre llevas - María Para María Dolores Moreno Meseguer
También
portas las Dolores y mil flores que perfuman
Ese
corazón tan noble.
En tus manos se conjuga el embrujo, el arte, y la magia,
Cuando tus castañuelas saltan y bailan.
Te afanas para repartir las alegrías un bien…
Un
tanto escaso en nuestros días.
Llevas la sonrisa puesta para lo bueno y lo malo
Y el
corazón sin cadenas por si puedes regalarlo.
Yo se que tú muchas veces necesitas una mano
Pero te
escondes las lágrimas y sigues bailando.
Tú eres el hada buena de la gente desdichada
Cuando
te buscan, te encuentran abriendo tu corazón
Que danza.
Eres linda sin quererlo eres bella sin buscarlo
Aunque
las palabras sobran cuando se bordan las obras.
Que te acompañe la dicha que no sientas el dolor
Y que
sigas desgranando por el mundo las melodías del amor.
Gracias por esa alegría gracias por acompañarnos
Que la
poesía está viva siempre
En tus
castañuelas y en tus manos.
Encarna Recio Blanco.
lunes, 25 de abril de 2016
Parece que llega la calma…
Parece que llega la calma…
Que mi león se ha dormido
En la jaula de mi alma
Donde lo llevo escondido.
Parece que ya las nubes
Atrás dejaron los truenos.
Que la lluvia ya no llora
Porque tú, estás en mi lecho.
Silencio, que nadie turbe
Estos minutos eternos.
Que nuestros cuerpos sólo gocen
En el tálamo revuelto.
Que en el Cielo las estrellas
Desaparezcan,
Para que nos acune la noche
A solas, y entre velas.
Que calle el Mundo un momento.
Que nos dejen con el sabor
De nuestros besos.
Que tan sólo se oiga
El jadear de nuestros cuerpos.
Sube la marea azulada
Sobre nuestro cuerpo y nos envuelve
Por los acantilados del deseo,
Y en el éxtasis, caemos.
La madrugada aparece sigilosa
Ofreciéndonos sabores nuevos.
Con el estribillo impenitente
De los te quieros.
Encarna Recio Blanco.