Mis lágrimas
Han vuelto a limpiar
El maquillaje
Profano de mi cara
Y corriendo…
Me maquillo
nuevamente
Para seguir esta farsa.
Encarna Recio Blanco.
Mis lágrimas
Han vuelto a limpiar
El maquillaje
Profano de mi cara
Y corriendo…
Me maquillo
nuevamente
Para seguir esta farsa.
Encarna Recio Blanco.
En la noche de los
Santos
Están las calles
desiertas
El olor a crisantemos
Por los aires se
recrean.
Está la noche llorando
Las velas
relampaguean
Y una música lejana
En el cielo parpadea.
Un susurro de guitarra
Acecha triste y
sereno
Y en el mensaje nos
dicen
Que nos están
protegiendo.
La luna desde lo alto
Esta noche está
callada
Dos estrellas a su
lado
La acompañan en su
danza.
En el monte se oyen pasos
Alguien camina sin
tregua,
Llevan flores en el
brazo
Y en las manos unas velas.
Es la luz de los recuerdos
Que siempre se
llevan…
Como las olas del mar
Que devuelven hacia
la arena.
Hoy es el día de los Santos
Y os quiero felicitar
Viviendo de los
recuerdos
Se puede resucitar.
Esta noche de los Santos
A todos os quiero decir
Que aunque no estén
en la tierra
Sus almas siguen
aquí.
Encarna Recio
Blanco.
Mercadillo
Voy a poner en el atrio de la iglesia
Un
mercadillo.
Para vender
lo que me sobra
Guardado en
mil cajones malditos.
Collares de mil colores
Hechos con
aguja e hilo
En las
noches que los sueños
Se fueron a
su escondrijo.
Un alfiler de quincalla
Dos
pulseras y un anillo
Con el que
me iba a casar
Sin novio
en un gran castillo.
Una careta mohosa
Un libro de
un cuento chino
Dos
suspiros encerrados
En el filo
de un cuchillo.
Una peineta de flores
Regalo de
una gitana
Cuando me leía
la mano
Y el sino
que me esperaba.
Ropa con mil lentejuelas
Comprada en
los mercadillos
Que me ponía
en las noches
De desenfrenos
y con vino.
Unos tacones torcidos
Bolsos con poesías
dentro
Que ya
estaban caducadas
Por lo que
estaban diciendo.
Unas pestañas postizas
Un
maquillaje amarillo
La cadena
de mi cuello
Que
apretaba cual cuchillo.
Un rosario que le falta
Un Padre Nuestro
Bendito
El misal
que no llevé
Porque
estaba descosido.
Un billete que saqué
Para aquel
tren que maldito
Siempre siempre
lo esperé
Pero que
pasar no quiso.
La escoba de aquella bruja
Que una
noche me raptó
Y una perla
que encontré
En un
oscuro pantalón.
Me dejaré los te quieros
Y los besos
que dormidos
Reposan en
el baúl
De mis
recuerdos queridos.
Encarna
Recio Blanco.
Para
esos niños grandes que no son como los otros
Que sus mentes les jugó una mala pasada
Dejándolos siempre con la duda de su realidad
Para
todos los enfermos de esquizofrenia.
¡Aquel niño no era extraño!
Era un ángel sin alas, un corazón blanco.
Un amor entre la espina de un capullo
trasnochado.
Una mente mal herida entre la risa y el llanto
Entre la noche y el día que enturbia
lo que está claro.
¡Aquel niño no era extraño!
Era un ángel mancillado que se debatía
con el Cielo
Aunque estuviera nublado.
La claridad de su luz a todos nos cegaba
Con el amor de su vida a todos nos
contagiaba.
Era el amor del amor…la pureza siempre viva
La alegría de sentir que Dios le daba vida.
Corre como una gacela entre montañas haladas
Entre riscos que sonríen cuando por su
senda pasa.
¡Aquel niño no era extraño!
Era la vida en su vida lejos de taras pesadas
Porque en su mente tenía solamente la
esperanza.
A Dios yo pido esta noche que le pongan nuevas alas
Para que su vuelo, vuele por encima de
su alma.
Para que en su caminar no encuentre barreas falsas
El mundo a veces cruel clava espinas
en las almas.
Alex….tu ya tienes las tuyas porque me lo ha dicho un hada
Que pasó por el rincón del amor y la
esperanza.
Encarna Recio Blanco.
Nuevamente en el barbecho
En mi rincón de poesías,
Donde abro el corazón
Y cierro mi celosía.
Donde la Paz me acompaña.
Donde mi pluma más se afila,
Para gritar a los sordos
Que paren las injusticias.
Que el joven quiere trabajo
Y la hipoteca le asfixia.
Que sus padres ya no pueden
Darle un plato de comida.
Que los mayores no logran
Vivir con una pensión tan mísera.
Es la limosna de un gobierno
Después de trabajar, toda su vida.
Que en las cárceles se come
Muy bien por cierto.
Y esos padres que a sus hijas
Las violaron, sin consuelo.
¡Otra vez en el barbecho!
¡Esta tierra está llena de alimañas!
¿Dónde podría encontrar
un buen insecticida?
¡Para eliminarlas!
Encarna Recio Blanco.
Fui tras esa lejanía
Que me separó de ti.
Cabalgué junto a las nubes
En horizontes sin fin.
Me encontré con nubes negras
No me dio miedo seguir.
Después los Cielos más claros
Me acercaban hasta ti.
Te divisaba a lo lejos
Pero ibas acompañado,
y mi corazón tembló
Como nunca había temblado.
Tú la querías apartar
Para evitar los estragos
De mi dolor y mi rabia,
De tus juramentos falsos.
Pasaste junto a mi vera
Haciéndote el despistado.
Ella entonces te besaba
Un beso frío y amargo.
Enterré en la arena negra
Mi corazón que sangraba.
Y a mi alma la estrellé
Entre rocas que callaban.
No quise mirar al Cielo
Porque ya no creo en él.
Ni a la luna que decía…
Ya te avisé.
Encarna Recio Blanco.