¡Voy hacer inventario como todos los años!
Para tirar a la basura un montón de bártulos.
Voy acumulando cosas inservibles,
Y mis armarios atestados sin poder cerrarlos.
Voy a tirar…
El dolor de corazón que me ronda cada día
Y que lo llevo clavado como si fuera una espina.
Un suspiro sin aire, una espera clandestina.
Angustias acumuladas en el filo de la ira.
El cansancio de mis huesos de tanto ir y venir
Por la calle de las ánimas arrastrando el maletín.
Voy a tirar…
Un otoño desolado, muchos momentos perdidos.
Un alfiler de quincalla, y un amuleto sin brillo.
Varias promesas ficticias, una cama derretida.
Besos sin color ni ardor, heridos de por vida.
Voy a tirar…
Epístolas muy dañinas, collares de fantasía.
Una peineta de flores, y un bolso con naftalina.
Un rosario que le falta, un Padre Nuestro Bendito.
La cadena de mi cuello, que me ahoga cual cuchillo.
Voy a tirar…
Un deseo crucificado, mentiras eternizadas.
Un conjuro mutilado y muchos besos robados.
Una esperanza abatida, un marido con querida.
Un amante verdadero, y una esposa
que mendiga.
Voy a tirar…
Aquel muñeco de cartón que me tocó en una rifa
Y yo, creyendo que era un hombre que sin corazón vivía.
Un quejido del alma, melodías desafinadas.
Lágrimas de negra noche, sin que el alba despertara.
¡Madre mía! Cuantos trastos adosados a mis espaldas.
Parezco un burro tullido, en mitad de una zanja.
Aún me quedan reliquias para tirar.
Pero seguiré mañana. ¡Hoy, no puedo más!
Encarna Recio Blanco.
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