domingo, 8 de noviembre de 2009

Cayendo está la tarde.


Cayendo está la tarde

Del incipiente otoño

El sueño errante despierta

Mis apagados ojos.

Sobre los negros silencios

El parque florido duerme.

De los bancos las sonrisas

De los niños se desprenden.

Desde el cielo las estrellas

Cálidas como los besos…

Aparecen fulgurantes

De su perezoso sueño.

 Cayendo está la tarde

Del incipiente otoño.

El viento a veces suave

Se torna misterioso.

El parque queda en silencio

Sin los  juegos y sin niños

Se balancea el columpio

Con un pajarillo herido

Ya nadie queda en el parque

Sólo yo escribiendo versos.

¡Ya está bien dicen mis musas!

¡Que tenemos mucho sueño!

 

Encarna Recio Blanco.




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