lunes, 15 de enero de 2024

Las llanuras de mi cuerpo...


Las llanuras de mi cuerpo se abren

Como la rosa  cuando se desgranan.

Quiero cabalgar contigo

Quiero que vuelvas mis ansias

Y con las tuyas me ciegue

Como enloquecen las almas.

 Mi cuerpo pide locuras

La pasión se me derrama

Y las ansias no resisten

Este ardor que de mí emana.

¡Lava…fuego…agua…calma!

 Calenturas que derramas

Cuando tu cuerpo y el mío

Chocan en la fiel labranza.

Se abandona mi cuerpo en el tuyo

Que fiero también estalla

La noche nos hace un guiño

Y una estrella nos canta

Una serenata.


Encarna Recio Blanco.


miércoles, 10 de enero de 2024

Las calles estaban llenas...


Las calles estaban llenas

De muchos mendigos

Con sus manos abiertas

Y el corazón por testigo.

Indiferentes pasaban

Cada uno con su hastío

Ignorando al ser humano

Que allí se encuentra tendido.

 Tal vez no mendigue pan

Ni monedas relucientes.

A lo mejor lo que pide

Son acciones que lo alienten.

En la crudeza de sus caminos

Las espinas le crecen

Adosado a su espalda lleva

Un zurrón con mala suerte.

La ciudad con su estruendo ruge

Estrepitosamente

Sin percatarse que muchas almas

Están durmiendo bajo los puentes

 Y mirando estos contrastes

Mi corazón  de impotencia se acelera

Al ver que la solidaridad

Escasea en esta tierra.

Cuando me encuentro sola

Sé bien  lo que me pasa…

Solo veo aquellos indigentes

Entre la cruda indiferencia…

De la gente.


 Encarna Recio Blanco.



La Celeste...

 


La Celeste se escapaba

Todos los viernes a la verbena

Vestida de lentejuelas

Y en el moño una peineta.

 Como no tenia marido

Ni amante que la quisiera…

Bailaba sola en la pista

Sin pizca de vergüenza.

Se tomaba un par de whisky

Después dos o tres cervezas

Con un bocata de atún

Que le hacía la cantinera.

Después volvía a la pista

Mirando muy descarada

A un camarero soltero

Que llegó de Guatemala.

 Y aunque ella era mayor

¡No le importaba!

Quería que alguien le echara el guante

Para que la desposara.

La Celeste también se iba

Al hogar del pensionista

Para  ver si algún viudo

El guante le echaba.

 La  celeste cada noche

Triste volvía a su casa

Con una copa de más

 Por callejuelas solitarias.

¡Ay! Celeste la cantaban

Los niños que la veían

Por la calle de la ánimas

Donde su casa tenía.

Celeste vete a Benidorm

Que allí siempre se liga

Para pescar a un buen partido

Aunque no entiendas lo que te diga.

 ¡Ay celeste, hay Celeste!

Que las doce y cuarto son

Y si mucho te descuidas

Te roban el corazón.


 Encarna Recio Blanco.



domingo, 7 de enero de 2024

Cartas de amor- Aunque voy tan aprisa...


Cartas de amor…

Aunque voy tan aprisa, me es imposible encontrarte por los rincones del mundo, de mis calles, miro hasta debajo de los puentes por si te veo, entre los limoneros, en todos los recovecos de mi entorno.

Y sé, que estás ahí esperándome en algún lugar para darme la mano y acompañarme, te siento tan cerca en ocasiones, que me parce sentir tu respiración en mi cuello, tus manos en mi cintura y en mi boca, tus cálidos besos.

En otras ocasiones, te veo subiendo por los tejados, hasta llegar a mi ventana sin barrotes, para tener uno de esos encuentros furtivos, en horas intempestivas, a esas horas, en las que los amantes encuentran en el rincón, debajo de las olas del mar, a esas horas, en las que tú y yo hemos  acordado soñar, que por un momento no nos encontramos tan distantes, y tan solos, cada uno con la distancia por testigo.

Otras veces,  te cuento una historia sin final, y es como ahogar las ganas del deseo, como matar los segundos poco a poco y lentamente,  exasperando quizás   al  callado espectador de este drama.

¿Cómo  fusionar  amor mío, el cielo y la tierra? para dejarlos  en el mismo lugar del que rescatamos las últimas gotas del viento en nuestros labios.

 Muy a pesar mío tengo que decirte, que nuestra historia no tiene final, y lo que es peor, y paradójicamente es, que no ha empezado.

Estaremos moviendo ficha por el resto de los tiempos, robándole segundos al reloj del deseo, quitándole la pasión a las garras del destino.

Una noche más, será nuestra condena, la duración de la misma, será proporcional a nuestros deseos, pero quiero que  esa noche… sea infinita.

 

Encarna Recio Blanco.


viernes, 5 de enero de 2024

Queridos Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:

Este año, solo quiero con mi carta, daros las gracias por los regalos del año pasado, voy tan liada, que no me dio tiempo ni de daros, mi más sincero agradecimiento por ello.

Fuísteis muy generosos conmigo, llegásteis cargados a mi balcón  dejándome mucho más, de lo que os  había pedido, y como vosotros sabéis, eran cosas que no eran tangibles ni  se pueden coger con las manos, pero que las atesoré con gran ahínco en mi corazón, para después  irlas repartiendo una, a una, a todos aquellos que las necesitaban más que yo.

No he perdido la ilusión, ni  los sueños que anidan en mi corazón, ni las ganas de trabajar, ni la alegría de vivir, ni las ansias de saborear unos besos.

He vivido cada segundo de mi vida, como si fuera el último, animando a la ilusión, faenando con mi impaciencia, soportando las ausencias, gateando por los tejados en busca de enmienda, quitando de las manos de los violentos los fusiles y escopetas, robándoles el rosario a las beatas de mi iglesia.

Encarándome en las filas del paro con los mandatarios de tres al cuarto que no tienen vergüenza, cosiendo y bordando una nueva bandera, intentando tapar la boca a los que solo saben mentir, para llenar sus carteras, he llorado y he reído al ver la gratitud en los ojos de un errabundo compartiendo mi mesa.

Durante este año he seguido aquellos sabios consejos que os pedía y que vosotros tan generosamente, me escribisteis en aquel pergamino dorado.

He tenido un poco más de paciencia de lo habitual, y mira que es difícil en estos momentos en los que el mundo va a una velocidad de vértigo.

He seguido llenando folios con mis sentimientos, aunque solo sea el viento el que luego se encarga de expandir por el Cielo.

Aquella Paz que os pedía, también la he ido distribuyendo con mesura, pues estamos tan necesitados de ella, que se me ha quedado un poco corta al quererla repartir, la he estirado lo más posible, pero me ha faltado, si os sobra podéis dejarme un poco más este año.

Reyes Magos…Podéis dejarme el trozo de carbón que me he ganado, ya que no he podido dejar de fumar, y eso que lo he intentado varias veces, a ver si este año, puedo conseguirlo.

Os quiere esta mujer-niña, que aunque ya va siendo un poco mayor, nunca quiere perder la ingenuidad de cuando era aquella niña traviesa.

 

Encarna Recio Blanco.


miércoles, 3 de enero de 2024

Cómo me duele amarte...


Como me duele amarte en el silencio

Sin abonar tus noches con mis versos

Sintiéndote prisionero en una cárcel

Sin agua, sin aire y sin fuego.

 Como me duele  el pecho y la cintura

Que se cimbrean con tu solo recuerdo.

Y se me escapan los besos de mi boca

Cuando les digo que voy a tu encuentro.

Caricias en mi piel bordaron tus palabras

Amalgamas de besos  sin fronteras

Sembrados en un bancal que florecía

Regados con la salvia y la quimera.

Como me duele en el alma tu derrota

En  mi campo con la lira a cuesta

Desnuda  me adentro sin fuerzas

Por las calles de un Cielo cuajado de estrellas.

En el limpio cáliz  se juntaran nuestros labios

Cuando el buen Dios nos abra sus  puertas

Y quedaremos prendidos para siempre

De la eternidad  que ansiosa  nos espera.

 

Encarna Recio Blanco.