lunes, 23 de enero de 2012

Callad..






¡Callad  campanas callad!
Que está de luto la noche
que las estrellas se fugaron
por el horizonte.

Ha muerto mi corazón
en el naufragio
de un mar enfurecido,
sin poder sujetarlo.

¡Callad campanas callad!
Que ya no cuentan las horas
que el tiempo se terminó
para siempre ahora.

No llores por mí esta noche
mírate por dentro…
Si lo tienes en paz
lágrimas no quiero.

Camino descalza por el firmamento
buscando la luz que tanto soñé,
en ella me envuelvo
sin querer volver.


  Encarna Recio Blanco










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miércoles, 18 de enero de 2012

A la sombra de un frondoso



A la sombra
de un frondoso limonero
estaba el abuelo.

A su alrededor
trinaban jilgueros
se oía el murmullo
de los arroyuelos.

El abuelo meditaba
repasaba sus adentros
entre surcos, vivencias
y los sueños que se fueron.

Sintió que se le reía el alma
  cuando apareció su nieto,
con los libros abrazados
se fundieron los dos cuerpos.

Venia la primavera…
 Todo estaba floreciendo,
un camino que empezaba
  y el otro camino, hecho.

Un ruiseñor que pasaba
  se posó en el limonero
para alegrar con sus silbos
  aquel trocito de Cielo.

Por la mejilla surcada del abuelo
  una lágrima corría…
Pensó que  era la esperanza
que en sus brazos florecía.



Encarna Recio Blanco












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lunes, 2 de enero de 2012

Feliz año- 2012

e



Que nunca  se apague
 la luz del amor.

Que siempre arda la llama
 de la solidaridad.

Que el nuevo año que empieza
sea venturoso para todos aquellos
 que confían…
 Que la Paz es posible en la Tierra
y en todos los corazones.

¡Feliz año amigos!!!

Encarna Recio Blanco






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domingo, 18 de diciembre de 2011

Suena el tambor.




Suena el tambor.
Se encienden las luces de neón
 las panderetas se oyen
por el frío callejón.

Muchos hombres sin trabajo
en el humilde fogón
miran sin ver el horizonte
donde calmar su dolor.

Madres buscando a sus hijos
sin encontrar solución
lloran entre  basureros
buscando su corazón.

Un amante y su querida
yacen en ríos de sangre
confundieron el amor
con el goce de la carne.

Suena el tambor.
Los gobernantes no piden perdón
por la tragedia y la sin razón
que hay a su alrededor.

En el pesebre…

Un Niño llora y se queja
al  ver tantas injusticias
que hay en esta tierra
prometida.



Encarna Recio Blanco









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miércoles, 23 de noviembre de 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

Escalaba la empinada.





Escalaba la empinada montaña
de la vida sin detenerme.
Muchas veces los pies me sangraban
y el sudor inundaba mi frente.

Nada me paralizaba en mi afán
ni me fallaban las fuerzas,
quería llegar lo más pronto posible
a la cima de mis metas.

Quise atrapar en primicia al amor
cual una tigresa,
pero siempre se escapaba
por la puerta trasera.

Después, quise parir un hijo
y me puse en cuarentena
lejos del mundanal ruido
para que nadie me viera.

¿Pero no tenia marido ni amante
que fecundara mi tierra?
Cuando me vine a dar cuenta
estaba seca mi huerta.

Después, me puse a estudiar
lo que en la Universidad no enseñan
y me dijo el profesor
que eligiera otra carrera.

Por ella circulé de prisa
con una enorme cartera
llena de medicamentos
que no curaban mi impaciencia.

Después, me puse a escribir
noche y día sin parar
como un molino de viento
sin granos que machacar.

Después, hice muchas cosas
que no puedo enumerar
no paraba ni un segundo
en mi loco deambular.

…Y heme aquí preguntándome
si alcancé alguna de ellas
cuando tengo en la frente mil surcos
y el corazón con cadenas.

Cuando ya se me fueron los sueños
y de mis ojos sólo pende la pena.
Cuando ya de mis labios los besos
escaparon de su madriguera.

Es muy corta la vida…muy corta
para tanta faena…
Cuando vienes a hacer el recuento
la sepultura te espera.

Y es entonces cuando piensas...
Que te falta vivir dos o tres vidas más
para conseguir…
¡Lo que pendiente se queda!




Encarna Recio Blanco












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