A la sombra
de
un frondoso limonero
estaba el abuelo.
estaba el abuelo.
A su alrededor
trinaban
jilgueros
se oía el murmullo
se oía el murmullo
de
los arroyuelos.
El abuelo meditaba
repasaba sus adentros
entre surcos, vivencias
y los sueños que se fueron.
Sintió que se le reía el alma
cuando apareció su nieto,
con los libros abrazados
se fundieron los dos cuerpos.
Venia la primavera…
Todo estaba floreciendo,
un camino que empezaba
y el otro camino, hecho.
Un ruiseñor que pasaba
se posó en el limonero
para alegrar con sus silbos
aquel trocito de Cielo.
Por la mejilla surcada del abuelo
una lágrima corría…
Pensó que era la esperanza
que en sus brazos florecía.
El abuelo meditaba
repasaba sus adentros
entre surcos, vivencias
y los sueños que se fueron.
Sintió que se le reía el alma
cuando apareció su nieto,
con los libros abrazados
se fundieron los dos cuerpos.
Venia la primavera…
Todo estaba floreciendo,
un camino que empezaba
y el otro camino, hecho.
Un ruiseñor que pasaba
se posó en el limonero
para alegrar con sus silbos
aquel trocito de Cielo.
Por la mejilla surcada del abuelo
una lágrima corría…
Pensó que era la esperanza
que en sus brazos florecía.
Encarna Recio Blanco
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