Suena el tambor.
Se
encienden las luces de neón
las
panderetas se oyen
por el
frío callejón.
Muchos
hombres sin trabajo
en el
humilde fogón
miran sin
ver el horizonte
donde
calmar su dolor.
Madres
buscando a sus hijos
sin
encontrar solución
lloran
entre basureros
buscando
su corazón.
Un amante
y su querida
yacen en
ríos de sangre
confundieron
el amor
con el
goce de la carne.
Suena el
tambor.
Los
gobernantes no piden perdón
por la
tragedia y la sin razón
que hay a
su alrededor.
En el
pesebre…
Un Niño
llora y se queja
al
ver tantas injusticias
que hay
en esta tierra
prometida.
Encarna Recio
Blanco
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