martes, 11 de octubre de 2011

Para Lucía





Caminando por las estrellas
una noche te encontré
con tu maleta de sueños
de esperanzas y de miel.

Tu lecho una blanca nube
los Ángeles por doquier
cantando y jugueteando
en el infinito aquel.

Tu voz  cual un manantial
se escapaba en la vertiente
para regar los corazones
que estaban inertes.

Para plantar en las almas
otra vez las ilusiones
y esos buenos sentimientos
que dormidos permanecen.

Una estrella se fugaba
y otra volvía  aparecer
en la nebulosa limpia
de aquel bello amanecer.

Dos alas me trasportaron
hasta tu lecho…
Dos luceros oteaban
nuestro feliz encuentro.

Juntas hicimos un conjuro
mirando al Mundo
que se debatía
Roto y desnudo.

Para abolir las guerras
para paliar el hambre
para que la Paz en la Tierra
otra vez se nos instaure.

Dios atento nos miraba
y dulcemente nos decía:
Vosotros seguir sembrando
no os importen las fatigas.

Y aquí estamos otra vez
en este Mundo imbuidas
con nuestras voces
clamando cada noche…
¡Por la Paz y la Justicia!




Encarna Recio Blanco.











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domingo, 2 de octubre de 2011

Noche tras noche.



Noche tras noche en blanco, sin dormir.
Ardo entre los pliegues de mi cama
sé que estás a punto de venir
pero sólo llega la mañana.

Las campanas tocan a misa temprana.
Los pájaros saltan gozosos en mis ventanas.
El agua purifica mi piel quebrada
y en el bautizo, descansa.

Me  sorprendió la vida por la espalda
aunque siempre andaba con la frente alta.
Tal vez, no descubrí lo que era para ti.
Tal vez, nunca supe a quién amaba.



Encarna Recio Blanco













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viernes, 30 de septiembre de 2011

En la noche de otoño




En la noche de otoño se abre
una celosía de tul y colores
caminan las ánimas
con negros faroles.

Apunto hacia el Cielo
que callado mira
lo que ven mis ojos
con venda ceñida.

Se oyen alaridos
aullidos de perros
y unas campanadas
llenas de misterios.

Pasa en el silencio
una caricia perdida
la recojo por si viene
la amada que me lo pida.

Un borracho y su botella
una puta malherida
un hombre que se casó
y ahora va con su querida.

Seca se estira la noche
remolona palidece
mis musas se escapan
ya de mi mente.


Encarna Recio Blanco





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viernes, 17 de junio de 2011

No dejaré...





No dejaré que la distancia
separe de mi mente 
 los recuerdos.

No dejaré que el tiempo
 borre de mis labios
 tus besos.

No dejaré que el polvo
angosto anule
de mi camino, tu huella,
ni tu temblor, ni tu fiereza.

Ni la cobardía
de aquella noche
que te fuiste…
Sin volver la cabeza.


Encarna Recio Blanco








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sábado, 11 de junio de 2011

Eres mi amiga.



Eres mi amiga del alma
y mi legal consejera
tú conoces mis secretos
yo sé bien de tus quimeras.

Dos soñadoras perdidas
en un mundo de serpientes
que luchan por arrastrarnos
en su vil corriente.

Fueron muchos los timones
los que las dos manejamos
y batallas que parecen
ser, más largas que cien años.

Nos quedan deudas que al viento
gritamos sin rendir cuentas
y creemos firmemente
en una misión que es cierta.

Nadie creía en nosotros
tuvimos que demostrarlo
aún nos quedarán mil noches
de hablar, de cómo tratarlo.

Entre sueños y quimeras
nuestras almas van vagando
intentando hacer un hueco
en un gremio saturado.

Tú que sabes de mis miedos
que comprendes mis manías,
yo me callo tus temores
y admiro tus fantasías.

Estas tú y éste mundo
al otro lado de un río
lo cruzaste sin pensarlo
para venirte conmigo.

Almas que van en el mundo
sin rumbo y con sentido
pero que tienen muy claro
como seguir el camino.

No sabemos de monedas
vapuleamos al viento
y pensamos que los otros
también serian honestos.

Muchas noches nos pasamos
pidiéndoles explicaciones
a ellos que aprovecharon
nuestras buenas conclusiones.

Hemos aprendido mucho
ahora ya somos más fuertes
compañera de mi alma
en este tiempo sin suerte.

Los locos en ésta vida
son los cuerdos de la otra.
Esperemos que en las listas
aparezcamos por locas.


Encarna Recio Blanco











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domingo, 5 de junio de 2011

Tengo una soledad





Tengo una soledad
 tan acompañada
que no deja de hablarme
 y de decirme
lo que no quieren oír
ni mi corazón ni mi alma.

¡ No para y sigue contándome
 batallas
que ya tenía olvidadas!
Fusiles y escopetas
las tengo encerradas
en arcones negros y lacradas.

 No quiero que siga  a mi lado
y la digo que se vaya con otra
 que esté más sola,
pero sigue a mi lado sentada.

Las dos y las tres…

Me quedo adormilada
miro de reojo por ver
 si se ha marchado
pero sigue a mi lado,
 habla que te habla.

¡Metiéndome la espina
 en vez de sacarla!


Encarna Recio Blanco











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