En la noche de otoño
se abre
una celosía de tul y
colores
caminan las ánimas
con negros faroles.
Apunto hacia el Cielo
que callado mira
lo que ven mis ojos
con venda ceñida.
Se oyen alaridos
aullidos de perros
y unas campanadas
llenas de misterios.
Pasa en el silencio
una caricia perdida
la recojo por si
viene
la amada que me lo
pida.
Un borracho y su
botella
una puta malherida
un hombre que se casó
y ahora va con su
querida.
Seca se estira la
noche
remolona palidece
mis musas se escapan
ya de mi
mente.
Encarna Recio
Blanco
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