viernes, 5 de febrero de 2010

Se me han perdido.



Se me han perdido

Unas cuantas palabras

Muchos abrazos

Y algunos letargos.

He perdido un tiempo

Que no volverá…

La amplia sonrisa

De mi mocedad.

A hombres de paso

De cama y mal trago…

Y Muchos juramentos

Falsos.

He perdido casamientos

Dos trajes de novia…

El anillo de mi dedo

Y una chabola.

He perdido algo…

Que guardaba con gran celo.

Se lo llevó sin permiso

Aquel bandolero.

Tantas cosas he perdido…

Que ya ni me acuerdo.

Más me valdría

Poner a buen recaudo

Lo que en el presente tengo.

 

Encarna Recio Blanco.



martes, 2 de febrero de 2010

He dado vacaciones, a mi corazón.



He dado vacaciones a mi corazón

Estaba tan agobiado…

Anda y que se dé un respiro

Lejos de mi cuerpo y de mis gemidos.

Entonces, encerré mis sentimientos

En una jaula dorada…

Con dos candados de hierro

Para que no se escaparan.

A mis lágrimas las dejé

En la pila bautismal…

Y al día siguiente un bautizo

Les dio la libertad.

A mis pasiones las enterré

En cima de una montaña

Intentaba  apagarlas…

Pero seguían con llamas.

A mi presente le puse

Un reloj que no contara

Porque iba tan aprisa…

Que mis años volaban.

A mi alma la pinté

De nácar y escarcha…

Porque estaba enlutada

De tantas batallas.

A mi futuro le dije

Que un regalo merecía…

Ya veremos lo que me trae

En la incógnita metida.

A la esperanza atrapé

Y la dije quietecita…!

No te muevas de mi lado

Porque sin ti, estoy perdida.

 

Encarna Recio Blanco.




He visto llorar al mar.



He visto llorar al mar.

A los aires suspirando.

A las montañas calladas

Y a los montes solitarios.

He visto a los leones dormidos.

A los truhanes robando.

A los limpios de espíritu

Que Iban cantando.

 He visto un crucifijo en la escuela

Que lo estaban derribando,

Izando en su lugar…

A un bandido con fusil alzado.

 He visto como lloraba

Un niño de puerta, en puerta,

Con harapos en su cuerpo

Y con las manos abiertas.

He visto llorar al Cielo

Cuando cerraba sus puertas..

Y a Dios, que las abría de nuevo

Si pagamos nuestras deudas.



Encarna Recio Blanco.



 


Mi refugio era...



Mi refugio era una higuera.
Mi compañera una vaca.
El bolígrafo una espiga.
Mi blog la tierra callada.

En cada surco sembraba
Sueños y mil esperanzas,
Que regaba muchas veces
Con mis lágrimas amargas.

Aquellos Campos dormidos
A veces se despertaban
Y las brisas me traían
Con acordes, la esperanza.

Aquel molino rodando.
Aquellos trigos dorados.
El chirriar de los trillos
en sus campos bordeados.

El cantar de un labrador.
Los rebaños tranquilos
Que pacían en las praderas
Con su pastor por testigo.

Campos de un Lugar tranquilo
Humilde y desconocido.
¡Cuanto…cuanto, te sembré!
¡Entre suspiro y suspiro!



Encarna Recio Blanco.

 



lunes, 1 de febrero de 2010

Mujer...he visto en tus ojos.


Mujer…

He visto en tus ojos hoy

Un mar de lágrimas.

Salían a borbotones

Cual sangre de tus entrañas.

 Saliste de casa corriendo

De ese amor tan pernicioso.

Del hombre que ayer quisiste

Furioso y con malos modos.

 Con tu hijo de mano

Entre sendas que eran ruinas

Sin maleta ni equipaje

A solas con tus heridas.

¡Eso no fue amor!

Era el beso hecho terror

Mezclado con la heroína

Con el alcohol fecundado

Con mentiras tras mentiras.

 Atrapa tu dignidad…mujer

Cúrate bien las heridas

Borra las huellas del beso

Y de la cama maldita.

De tus noches infernales.

De los gritos que asesinan

Y huye de ese león furioso

Que en la jaula te domina.

 ¡Sal a la calle respira!

Que viene el viento sereno

Y mira al Cielo que te dice:

¡Que es Dios!

Quien te está protegiendo.

 

Encarna Recio Blanco.






Hoy he visto a una paloma.



Hoy he visto a una paloma que estaba llorando,

Le faltaba una de sus alas y muy triste se posó en un árbol.

 A su alrededor otras esperaban en vela constante atónitas, calladas,

Se preguntaban cómo lo harían para auxiliarla.

 Sobrecogida miraba la escena. Las hojas del árbol temblaban de pena

Sosteniendo el cuerpo mutilado y débil, de la mensajera.

 Hicieron un círculo a su alrededor como consolando su pena y temor,

En vuelo cogieron su preciosa carga desapareciendo todas en bandadas.

No sé donde fueron, ni sé que pasó, si aquella paloma

Volvió a remontar por el Cielo por el aire…por el mar.

Solo sé que en mi corazón quedó grabada esta lección.

Y pensé en la Paz del Mundo.

 Si entre todos trabajáramos por ella ¿La lograríamos?

Encarna Recio Blanco.