En el ocaso del día y
hasta que duerme la luna.
Te diré que en mis renglones las líneas voy escribiendo
Y que un anillo
invisible surca el grueso de mi dedo.
Te diré que es constante vivir sintiéndome en duelo
Porque sé que ha
muerto el cielo cuando tú
No estás delante.
Te aclaro cuanto deseo que tu alma se emborrache
Y se olvide de
esconderse aunque solo sea un instante.
Algo tanto algo tan dulce y sentido me niego
Que sea pecado más
delito es consentir
Que no podamos vivir y
mi consuelo es amarnos.
Le pido al cielo respuesta que nos contemple sensible
Este amor es
verdadero, aunque mi anillo del dedo
Sea por siempre
invisible.
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