La tormenta y el vendaval llegaron sin previo aviso
Los cielos se
abrieron para llorar a lágrimas vivas.
Entre rayos, truenos,
y pedrisco iba arrasando
Todo lo que a su paso
aparecía.
La noche estremecida de luto se vestía
Para aguantar los
vaivenes que la envolvían.
Todos los demonios salieron de sus infiernos
Para seguir
persiguiendo a los que felices dormían.
El viento seguía rugiendo cual un león con hambre
El cielo se iluminaba
y los truenos resonaban
Gritos a lo lejos se
oían sin que pocos pudieran acudir
Al lamento de quienes iban muriendo en las
alcantarillas.
El agua en un instante en negro fango se convertía
Y en su loca carrera
arrastraba sin piedad vidas…
Enseres, sueños,
recuerdos y todo aquello
Que con tanto trabajo
se consigue en la vida.
El silencio, el desasosiego y la tristeza
Hacen mella en mis
manos que no pueden
Plasmar el horror tan
tremendo que supone
Descifrar la pena y
la tristeza que me anida.
Entre lágrimas y oraciones mi pluma entristecida
Pide a Dios que ponga
sus Santas manos en todos aquellos
Que están sufriendo y
les permita saber…
Que sus seres
queridos están felices con Él…
En la otra vida.
Encarna Recio Blanco.
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