Hay
que sonreír, aunque la vida te golpee, aunque todos los amaneceres no sean
hermosos, aunque se me cierren las puertas sonrío.
Porque
soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento. Porque quizás mi sueño pueda
cumplirse algún día, el soñar me hace feliz.
Llorar,
purifica mi alma y alivia mi corazón, porque mi angustia decrece, aunque solo
sea un poquito, cada lagrima, es un propósito de mejorar mi existencia.
Amo, porque amar es vivir y quizás reciba amor,
prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.
Comparto,
porque al compartir se crece y porque las penas compartidas disminuyen, porque
las alegrías se multiplican, sonreír, soñar, llorar…
Compartir
todo y pensar, que cuando se comparte se crece.
Que tus momentos sean de Paz y que todos los
días y todas las noches sean… de sonrisas compartidas.
Encarna
Recio Blanco.
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