lunes, 11 de febrero de 2019

Y aquella noche me volví loca...


Y aquella noche me volví loca.

Salté de la cama  desnuda,

Y me adentré por una senda

Negra, fría y oscura.

Fui al encuentro de la amanecida,

Que veía con la brisa marina.

Con caracolas al hombro

Cantando, una dulce melodía.

Le pregunté si podía

Caminar a su lado,

Para que sosegara la locura

Que llevaba  bajo el brazo.

Sonriente miraba

La palidez de mi cara,

Y con mano temblorosa

Limpiaba mis lágrimas.

 Me dijo, que no sufriera

Por aquel, que no me amara.

Que el corazón solo se entrega

Al que te regale el alma.

Le conté de mi locura,

Por tener mi corazón en una jaula.

De mi lucha y de mi llanto sin tener,

Quien me ayude en la labranza.

Porque no puedo olvidarme

 De los sin techo.

De los niños que tienen hambre,

Y de los que están enfermos.

De esas fronteras cerradas.

De esas abiertas contiendas.

De esas mujeres que mueren,

A manos de la violencia.

De los viles mandatarios

Que solo quieren el poder, y el dinero,

Sin percatarse  que hay otros,

Que de hambre están muriendo.

Nos despedimos al ocaso

Cuando el Sol ya se ocultaba

Por los Cielos

Y me dejó por testigo

Dos caracolas llenas de besos.

 

Encarna Recio Blanco.





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