El ser humano necesita para vivir, aparte del alimento, del oxigeno y del agua, muchas más cosas, que son tan elementales, como ellas.
Necesita amor, besos, no sólo de pasión, sino de cariño, calor, cuando el frío penetre en tus huesos, y no tengas esa energía que pueda reconfortarte.
Una mano tendida en los momentos que te encuentras en el cemento, necesita, que te escuchen, cuando necesites desahogarte.
Silencios, cuando te encuentras entre el tumulto de voces desafinadas, que gritan, queriendo ser ellos, los protagonistas de la película.
Necesitas de estos alimentos del alma, que por desgracia, no se venden en ningún supermercado.
Afectos verdaderos, apoyos, ayudas amorosas y positivas, por eso, al carecer de ellas, muchas personas a veces, se decantan hacia las negatividades.
Las relaciones toxicas, las drogas, el terrorismo, el robo, el chantaje, y muchos más adjetivos, que degradan al ser humano, un combustible de alto voltaje, que tarde o temprano, si no lo ponemos en práctica, nos explotará inexorablemente en nuestras manos.
Encarna Recio Blanco.
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