¿Cómo explicar
algo que ni siquiera yo entiendo? Lo que me supera, lo que no supero, lo que me
revela y arreglar no puedo.
En este
infierno de vida que arde, acosado por las balas a ras de los inocentes. En un Mundo
poblado de seres errantes que buscan donde anidar su supervivencia, en mares
sombríos, en noches interminables, sin pan, ni abrigo, en busca de la tierra
prometida.
¿Cómo
exponer las injusticias que asolan en éste entorno tan hostil que me
ha tocado vivir?
Con
las manos atadas me rebelo a cada segundo de mi vida, sólo mi proceder, mi
actuación, mi deber solidario, en lo que puedo hacer, es lo que me
instiga a seguir luchando cada día y eso, calma a veces mi congoja.
Pero
mi pluma me dice muchas veces que siga gritando, delante del micrófono, y ahí, sigo
luchando por la igualdad de los seres humanos, en la calle, en el mercado, en
cualquier acera o subida en la copa de un pino, oteando el horizonte.
Quizás
alguien mandatario escuche algún día mi llamada al orden, pero están tan
ocupados en viajes, comilonas y desfalcos, que se olvidan de la
gente llana, trabajadora y sufridora que no pueden defenderse.
Muchos
callan porque su vida es casi cómoda, tienen casa, trabajo, hijos y suegras,
dinero, poder y no quieren molestarse, mudos otorgan y callan.
Hablo
por esos que no tienen Patria, por los que están en guerra, huyendo
despavoridos con sus hijos en brazos, entre la nieve y las balas, por los que
están sin trabajo, por los que no tienen casa, por todos aquellos que queremos
conseguir la Paz a toda costa.
¿Donde
están los encargados de defender los derechos humanos? ¿Por qué están tan
callados los que nos gobiernan ante tantas injusticias?
En
este infierno que arde a una velocidad de vértigo, me muevo cada día, aunque
quiero parar tanta injusticia, tanta soledad, tanto abandono, sola no puedo.
Por eso
es por lo que te lo cuento amigo lejano, o tal vez, cercano, para que si tú
puedes unirte a mí en esta contienda grites también.
Todo
y nada, este Mundo a veces de silencios, deja mi alma vacía, y esa luz que
quiero ver, no alumbra el camino que quiero encontrar.
Para
todos los que queremos hacer un Mundo mejor, ahí os dejo mi alegato, esta noche
en la que estoy entre estrellas por la
Paz.
Otra
noche os prometo escribir cosas más placenteras, amigos.
Encarna
Recio Blanco
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