Recia
de genio.
Blanca
por dentro.
Con
un corazón
De
fuego y de versos.
El mundo me transformó…
¡Sin
yo quererlo!
Porque confié en aquellos…
Que
tenían azúcar en su boca
Y
veneno en su corazón.
Encarna
Recio Blanco.
Recia
de genio.
Blanca
por dentro.
Con
un corazón
De
fuego y de versos.
El mundo me transformó…
¡Sin
yo quererlo!
Porque confié en aquellos…
Que
tenían azúcar en su boca
Y
veneno en su corazón.
Encarna
Recio Blanco.
Hacia
el Cielo de los justos
Hoy
se caminan las rosas
Para
aquellos que se fueron
Hacia
la luz milagrosa.
Bajo el Sol de la esperanza
Lucen
las velas quejosas,
En
las losas duras y frías,
Permanecen
silenciosas.
Por aquellos que se fueron
Y
dejaron de escribir poemas
En la partitura de nuestras
Vidas.
Por aquellos que lucharon
Por
ser felices, sin conseguirlo
Y
nos dejaron sus sonrisas,
Prendidas
en las espinas.
Por aquellos amores tempraneros
Que no pudieron saciarse
De
aquellos besos…a tiempo.
Por aquellos que sufrieron
El
amor prohibido en silencio
Y que a escondidos se amaban,
Con
la luna por testigo.
Por aquellos amigos
Tan verdaderos…
Que
se fueron tan pronto
Sin
previo aviso.
¡Ya sois polvo de estrellas!
¡Ya
estáis en la luz!
Sin embargo…
La ausencia nos duele
Cual
clavo en la cruz.
Con lágrimas en los ojos.
Con
la pena y la zozobra
Miramos
desconsolados
Las
frías losas.
Pido
a Dios en este día…
Que
desde su lado me guíen
Aquellos…
¡A
los que tanto quería!
Encarna
Recio Blanco.
Esta noche va a ser una noche de siembra, de sembrar amor, de rememorar recuerdos de descubrir, que sembrando amor, es como se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces, y muchas cosas en mi vida, pero junto a ese perder, hay que intentar el valor de ganar.
Siempre es posible luchar por lo que amamos, y sobre todo, saber que siempre hay un tiempo para empezar de nuevo, no importa en qué momento de la vida estés.
Tú ,que vas con el coche y me vas escuchando, y que a lo mejor te suenan mis palabras un poco vanas, que no te importe, es necesario recomenzar, es darse una nueva oportunidad, es renovar la esperanza en la vida, y lo más importante es, que creas amigo, en ti mismo.
¿Estás sufriendo mucho en este periodo? Entonces no te abrumes, eso lo podíamos llamar aprendizaje. ¿Qué lloras mucho? Pues piensa, que es la limpieza del alma.
¿Que sientes rencor? Tal vez fuera para perdonar.
¿Qué que estuviste
solitario en algunos momentos? ¡Ay! cuanta gente estamos solos, están solos, el
mundo está solo.
No has pensado que es posible tú cierres tu puerta, te atranques en tu casa, y busque tú esa soledad.
¿Es que pensaste que todo se había perdido?
Si te sientes solitario, vente aquí, mira a tu alrededor, encontrarás a mucha gente esperando tu sonrisa, para acercarte a ti.
Esta madrugada tengo mucho frío.
Necesito un abrazo con urgencia.
El
regazo de mi madre
Y
el calor de su presencia.
Un abrazo fuerte,
Que
me tronche hasta los huesos.
Que me avive, y me arrebuje,
El
alma, y el cuerpo.
Necesito unos besos de cariño.
Unas
palabras de calma.
Alguien,
que no tenga prisa
Para irse a su casa.
Tengo mucho frío, esta madrugada.
Donde
no oigo ni al viento,
Ni
al grillo, ni a la chicharra,
Ni
al reloj de la ermita que calla.
Necesito unas palabras esta noche
Animadas.
Alguien
que me pregunte…
¿Qué
es lo que te pasa?
Tengo aterido mi cuerpo
Que
tiembla, cual una gacela
Sola
y descarriada,
Sin
saber el motivo, ni la causa.
La
madrugada saluda a la Aurora
Que viene despistada.
Y
yo sigo pidiendo al Cielo…
Un
abrazo de esperanzas.
Encarna
Recio Blanco.
Por
qué se deja de querer:
Es
como abrir la mano y encontrarla vacía,
Y
no saber, de pronto, qué cosa se nos fue.
Cuya
corriente fresca ya no calma la sed;
Como
andar en otoño sobre las hojas secas,
Y
pisar la hoja verde que no debió caer.
Se deja de querer, y es como el ciego
Que
aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren;
O
como quien despierta recordando un camino,
Pero
ya sólo sabe que regresó por él.
Se
deja de querer, como quien deja
De
andar por una calle, sin razón, sin saber;
Y
es hallar un diamante brillando en el rocío,
Y
que, ya al recogerlo, se evapore también.
Se
deja de querer, y es como un viaje
Detenido
en la sombra, sin seguir ni volver;
Y
es cortar una rosa para adornar la mesa
Y
que el viento deshoje la rosa en el mantel.
Se
deja de querer, y es como un niño
Que
ve cómo naufragan sus barcos de papel;
O
escribir en la arena la fecha de mañana
Y
que el mar se la lleve con el nombre de ayer.
Se
deja de querer, y es como un libro
Que,
aun abierto hoja a hoja, quedó a medio leer;
Y
es como la sortija que se quitó del dedo,
Y
sólo así supimos que se marcó en la piel.
Se deja de querer, y no se sabe…
¡Por
qué se deja de querer!
J. A. Buesa
Encarna
Recio Blanco.
Hay
días insufribles…
Donde
se acortan las esperanzas.
Los
abismos esperan
Y
los labios se secan.
Hay
días que te rompes
En
mil pedazos.
En
los que los toros acechan
Y
las heridas te esperan.
Donde
las lenguas viperinas
Te
envenenan.
Los
arboles se secan
Y
en el fuego, se queman.
Hay
días negros
Aunque
luzca el sol
Y
la noche se viste
De
un extraño color.
Las
tumbas se abren.
Se
cierran las puertas.
Los
niños con hambre
Mueren
en la guerra.
Pierdo
las esperanzas.
Me
arde la cabeza.
Llamo
al cielo
Y
no me contesta.
Aciago
este día
Con
el corazón roto.
El alma por los suelos
Y
sin un te quiero.
Encarna
Recio Blanco.