Soy algo más que eso, por eso, no me
interesa lo que diga la gente, que sólo
me miran por fuera.
Tal vez,
a algunos les parezca una ilusa
romántica, una loca presumida, una osada poetisa, una mujer
contestataria y rebelde, rebelde sí que lo soy, ante esta sociedad cruel y
contaminada. No me interesan las opiniones de aquellos, que no saben mirar
hacia adentro, que es donde se guardan y están íntegros los tesoros, en este
caso, mis tesoros.
El fuego que encienden mis pasiones, siempre tienen hambre y sed de justicia, de solidaridad, de buena
compañía, de mejores obras, de esparcir sonrisas, de leer un buen libro, de
estudiar los misterios de esta efímera vida.
No me busquéis para ir la guerra, ni me invitéis al convite de
la discordia, ni al ágape del odio, ni a la comilona del político de
turno, ni a dar palmaditas en las espaldas de aquellos, que no merecen ir bajo palio en una procesión
de la Virgen, no me busquéis por rincones oscuros, ni en noches de tormentas.
No me invitéis a una copa de alcohol,
soy abstemia, invitarme a acompañar a los que estén solos, a los enfermos, a los que necesiten una mano para caminar, o una
sonrisa para respirar.
Buscarme para que os recite
alguna de mis poesías, para que os cuente algunos de mis ensueños, para que hablemos
del amor, para que así comprendáis,
lo que de verdad siento y pienso, para que veáis por lo que lucho cada
día, poniendo mi granito de arena para intentar hacer una montaña enorme, donde
solamente puedan escalar aquellos que se
impliquen en hacer un Mundo más justo.
No intentéis robarme el corazón por la
fuerza, ni me encerréis en una jaula, aunque esta, sea de oro, ni oséis cabalgar por mi
cuerpo como si fuera una bestia, ni quitarme mi autoestima, ni os pongáis un maquillaje profano para venir a mi fiesta,
ni intentéis despojarme de mi libertad.
Si algún día me veis llorar abrazadme,
abrazadme, en silencio, y dejar que esas
lágrimas, me hagan más fuerte y sobre todo, acompañarme si estoy sola, o si estoy
triste.
No me importa lo que digan de mí los
demás, si no me conocen por dentro, ni si llevo collares o rosarios en el
cuello, ni si soy Recia en mis apreciaciones, ni sea Blanca, como llevo en mi
apellido materno.
No soy perfecta, y lo sé, con mis
miedos y mis temores camino en solitario, con mis alegrías y mis tristezas, me
bamboleo con mis luces y con mis sombras,
y así, intento cruzar lo mas dignamente
posible, el puente de mi penitencia.
Pero lo que si tengo en mi corazón amigos, es un gran cargamento de amor para repartirlo,
a quien lo necesite, por eso, y por más,
no me importa lo que digan aquellos, que no me conocen por dentro.
Encarna Recio Blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario