lunes, 31 de marzo de 2025

Quiero tener seis años...


He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente, sí, quiero ir a un “McDonald” y pensar que es un restaurante de cinco tenedores.

Quiero navegar con barquitos de papel en un estanque, y hacer anillos  tirando las piedras al agua, para poder valorar lo sencillo otra vez.

Quiero pensar en que los dulces y los amigos, son mejores que el dinero, quiero tomar largos baños y dormir diez horas todas las noches, quiero abrazar a mis padres todos los días, y pensar que son para siempre.

 Quiero regresar a los tiempos, donde la vida era simple, cuando todo lo que veía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas, y eso, no me molestaba, porque no sabía, que no sabía, y no me preocupaba, por no saber.

Cuando pensaba que lo peor que me podía pasar en la vida, era que alguien me quitara la pelota, o me erigiera el último, para ser compañero de un equipo, o escribir aquellos versos tan ripiosos, que escribía cuando tenía siete años.

Quiero volver a mis seis años, para pensar que el mundo es justo, que todos y todas las personas son honestas y buenas, que no hay envidias, quiero pensar que todo es posible.

Pero en algún lugar de mi juventud, maduré y aprendí, quizás demasiado, aprendí, como la gente no sabe querer ni amar, como nos destruimos entre nosotros, como las envidias nos rodean, y nos hacen desear el mal.

Maduré, me contaminé y aprendí sobre mentiras, sufrimientos, enfermedades, guerras, dolor y muerte.

Aprendí, como el dinero maneja nuestras vidas, como ya no importa el sentir, sino el conseguir, conseguir, cada vez más y más.

Pero yo renuncio, quiero volver a vivir simplemente, nuevamente, no quiero que mis días sean de jornadas interminables, de trabajos, de materialismos, de noticias deprimentes, de envidias, de chismes, de enfermedades, de trenes que descarrilan, y que hay que sumarnos, al dolor de esas familias. ¡Ay amigos! Quiero creer en el poder de las sonrisas, que nos volvamos a alegrar.

Quiero volver a mis seis años, y quiero que por un momento,   dejéis el ordenador, que paréis el coche, que dejéis de trabajar  y que os vengáis al rincón de los sueños, a sonreír y a soñar con nosotros.

Encarna Recio Blanco.


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