No me pidas un beso
esta mañana
Ni me mires cuando te
despiertes
Que se me hace tarde
y quiero
No volver a verte.
No me pidas que
vuelva más contigo
A nuestras citas
clandestinas
Donde nos amamos
locamente
Y después… las
tristes despedidas.
No me pidas más de lo
que puedo darte
Que ya te entregué mi
media vida
Y ya soy un
despojo sin sangre
Que bebiste, cuando
tanta sed tenías.
No me pidas que llore
en tu ausencia
Ni que me importe si
del brazo de otra
Caminas…
Junto a vuestro hijo
de la mano
Y vuestros labios
sin sonrisas.
Ahora pídeme lo que quieras
En esta despedida…
Pero no me pidas que
te olvide
Porque eres y serás
por siempre
El amor de mi vida.
Encarna
Recio Blanco
No hay comentarios:
Publicar un comentario