Voy
por los caminos del mundo
Buscando
compañeros de fatigas.
Aquellos
que sean libres de ataduras
Y
me aporten amor y dulzura
Aquellos que sueñen por la noche
Y
puedan realizar esos sueños, de día.
Los
que estén heridos de amor
Y
logren curar sus heridas.
A los que cantan en el anochecer
Y
ríen en el amanecer.
A
los que pintan sonrisas
En el desencanto, y en el llanto.
A los que piden limosnas de amor
Y
me miren con el corazón.
A
los que difunden esperanzas
Aunque
vayan derramando lágrimas.
A los locos y apasionados poetas
Que
siempre van encantados.
A
los que siembran las fe
Entre
los que no son cristianos.
Nunca,
ante los tiranos.
A
los que van con su perro
Alegremente
conversando.
Sin
esperar nada a cambio.
A
los que nunca me fallaron
En
los malos tragos.
Cuando
ellos van apenados.
A
los que me curan las heridas
Aunque
ellos vayan sangrando.
Así quiero que sean mis amigos
Para
tenerlos siempre en mi costado.
Los
demás son calderilla
Y
no merecen estar a mi lado.
Encarna
Recio Blanco.
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