Tengo ganas de enseñar al mundo mis
garras.
Mi
coraje, mi desafío y la valentía de enfrentarme
Al malhechor, al bandido, al cobarde,
al asesino
Y no agachar la cabeza ante los malhechores
Y permanecer callada.
Como lloran los niños entre el hielo,
con hambre
Sin mantas, sin abrigo, al abrazando a
su padre
Que se va a la guerra, porque lo manda
un canalla.
Miles de seres humanos muertos por los
suelos
Ya no puedo callarme ante tantas
injusticias
Que asolan los pueblos humildes
destrozando
Sus casas.
A los poderosos que violan las leyes
establecidas
A los que roban y matan a mano armada.
A los mandatarios con fusiles y sin la
palabra.
Injustas, y amañadas.
Al marido cobarde que mata a su amada.
A la madre que entierra al hijo de sus
entrañas.
Ya no me puedo ponerme de rodillas
ante los fantasmas.
Ya no quiero permanecer por siempre
sonriendo
Cuando mi corazón llora cada mañana.
Y no sé cómo hacerlo sin imbuirme en
esas infamias
Sin portar las metralletas en mis
manos
Tan solo me queda la batalla de mis humildes palabras.
¡Mándanos la Paz tan necesitada!
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