Por la senda caminaba
Con la mirada perdida
Con las flores en sus
manos
Y su alma, en
agonías.
Llevaba la cruz acuesta
Por su partida…
Y los recuerdos se
agolpaban
En su mente que
gemía.
Se fue sin pedir permiso
Una noche oscura y
fría
Y le Dejó su sonrisas
Prendida entre la
espina.
Por la senda caminaba
Con el peso de su
ausencia
Con besos que se
perdieron
Entre la escarcha y
la niebla.
Aquellos cipreses se debatían
Al ver la pena de
amor
De aquel hombre que
en las flores
Su corazón envolvía.
Encarna
Recio Blanco.
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