Me dejaste abandonada
En un desierto sin
agua.
En una noche sin
luna.
En una playa
olvidada.
Me dejaste sin decirme,
Ni un adiós por
caridad…
Con tu mochila
a la espalda
Sin volver la vista
atrás.
En mi boca aquellos
besos
Me los quería borrar...
Pero tu fuego quemaba
Mis adentros sin
piedad.
El mundo seguía su ritmo
Y yo me quedé parada,
A la orilla de aquel
río
Que no tenía ni agua.
Tal vez, un día regreses
Pidiéndome por
piedad,
Que te cure las
heridas
Que seguro me
traerás.
Y yo, que tendré en mi alma
Aquellos recuerdos
nuestros…
Mis manos te tenderé.
Pero el corazón mi
amor...
¡No lo tocas otra
vez!
Encarna Recio Blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario