lunes, 6 de mayo de 2024

En lo alto de una encina...


En lo alto de una encina.

En el monte solitario.

Entre las olas del mar

Un truhán viene cantando.

 Un cantar que yo no entiendo.

Unas letras caducadas.

Una sonrisa fingida

Con una venda tapada.

 Las ninfas y los demonios

Le acompañan en su farsa.

Vienen con la capa negra

Con laúdes y guitarras.

El cortejo se aproxima

A la encina solitaria

Donde yo mecía mi amor

Lejos de  viles patrañas.

Quiero correr y no puedo

Estoy de manos atadas.

Con los ojos bien abiertos

Pero no puedo ver nada.

 El Cielo me abre sus puertas

Para asilar a mi alma

Que huye despavorida

De este mundo que me engaña.

  

Encarna Recio Blanco.



domingo, 5 de mayo de 2024

Madre…cuantas veces mi pluma sencilla


Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo,

Se queda sin tinta y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente hacerte un poema

Como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente.

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía,

Fueron aquellos cachetes luz, para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela

Si no, para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida

Y se puso sola  remontando sendas valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porque tantas regañas

¡El “Ten cuidado! ¡No corras! ¡Y heme aquí con mil heridas!

Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña,

Y me duele el corazón y me duele el alma mía,

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra,

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía,

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor pobre de mí! A la vida y era tan niña,

Y esas cosa que hoy conozco antes, que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías

Que te hielan las entrañas que te aterida tus días.

Por eso añoro las cosas madre de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías

Y que si las conocías…siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos, trabajé como tú hacías

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

Y aquí me tienes, ya hecha casi una mujer prendida

De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía,

Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez madre será, cuando mis musas dormidas

Despierten, prometo hacerte Madre…

La mejor de mis poesías.

 

Encarna Recio Blanco.

 

viernes, 3 de mayo de 2024

La noche cual espía nos vela...


 La noche cual espía nos vela

Sobre los acantilados

De tus piernas

 Que navegan por mi mar.

 ¡Poséeme te grito!

 Tú me contemplas

 Con cara de ansiedad.

Y los remolinos de mi cara

Se encienden cuando ya…

No puede más.

 La noche cual espía nos vela

 Y nos  deja llegar…

Al infinito oasis

Del placer y de la paz.

 

 Encarna Recio Blanco.



jueves, 2 de mayo de 2024

Aquí, sin ti...


Aquí, sin ti, ya sé lo que es la muerte,

Pero no te lo digo para no entristecerte.

Quiero que te sonrías

Para que siga habiendo claridad en los días.

 Quiero que no se empañe tu mirada,

Pues, si no, no habrá estrellas, ni habrá luna, ni nada.

Y, sobre todo, lo que quiero y quiero

Es un año que tenga doce meses de enero.

Aquí llueve y no importa, pues la lluvia es tan leve

Que al leer esta carta no sentirás que llueve.

Pero cierro los ojos y te recuerdo tanto

Que casi se diría que está lloviendo llanto.

 José Ángel Buesa

 Encarna Recio Blanco.



miércoles, 10 de abril de 2024

Algunas veces...

 

 

 Algunas veces aplaco a las fieras de mi conciencia, mientras ellas revolucionadas, gritan tu nombre,  las calmo con mis manos, pero se cuelan entre mis dedos y vuelven a enfurecerse.

 Hay un león cobarde que duerme en una jaula de oro, no come carne y apenas  gruñe, ha prometido no despertarse hasta que tú regreses.

Un hombre de paja viene de un país lejano a pedirme un corazón, no puedo darle uno, porque  solo tengo éste, y ya, ni tan siquiera late.

Me encuentro con un duende de alas de plata, que se pasea grácil entre mis recuerdos, juguetea con ellos y destroza el que no le gusta.

Una ninfa  enamorada suspira por un astuto muchacho que un día, decidió no creer jamás.

Apareció de pronto entre la bruma, una sirena  ciega, buscando con las manos  un amor perdido, entre las arenas de aquella playa desierta, he intentado ayudarla pero yo también estoy ciega y no puedo socorrerla.

Una bestia humana llora angustiada, por el dinero perdido en la ruleta de la vida, sus manos son terribles y sus ojos me impiden ver su alma, me ha pedido silencio, pero es imposible darle Paz y menos aún, calma.

Un jorobado enamorado de una princesa, se resguarda bajo el palio de una iglesia, he intentado no juzgarle, pero mis convicciones me impiden  hacerlo.

Muchos más personajes, hoy se han paseado entre mis sueños y  por mis bellas historias, no puedo darles  cabida a todos, porque mi vida, ya no es un  cuento.

Aunque sea la historia de amor más grande, jamás contada.

 

Encarna Recio Blanco.



martes, 9 de abril de 2024

Las calles están que arden...


Las calles están que arden con gritos de charlatanes

Con altavoces muy altos pero los sordos  no oyen.

Nosotros vamos a hacer, nosotros, ya lo hemos hecho.

Arreglar la carretera, el carril, y el aeropuerto.

Vamos a hacer de este pueblo, una tacita de plata

Para que todos bebáis goticas de Democracia.

Las calles las barreremos dos o tres veces al día,

Regaremos los jardines con agua caliente, o fría.

Más dinero  al pensionista dicen los muy descarados,

Y otro centro de salud con aire acondicionado.

La contribución será gratis, rentas no vamos a hacer,

Regalaremos llaveros a los que se porten bien.

Pisos para aquellos novios que no se quieran casar,

Aunque vivan en pecado unos cuantos años más.

Para todos las mayores tres zonas residenciales

Con piscinas y salones para que liguen y bailen.

Agruparemos colegios en zonas ajardinadas,

Los libros los regalaremos con la pluma incorporada.

En cada calle pondremos un policía local…

Para que nos lleve el carro cuando vamos a comprar.

Las plazas de maleantes también vamos a limpiar,

Y en la cárcel meteremos a los que se porten mal.

¡Danos tu voto vecino! No te vamos a engañar

Dice el altavoz con fuerza rugiendo  descomunal.

El tío Rufino en la esquina se ríe al verlos pasar, sin creerse

La retahíla de mentiras, que le quieren endosar.

Hoy  las  calles están desiertas ya nos pasó el huracán

Ahora vamos a las urnas y ellas son, las que hablaran.

Ya está bien de cabreo y de mala nata

De poner a dedo en el Gobierno a su hermano y a su cuñada.

Y ya para terminar quiero sacaros una sonrisa

Con una  situación  verídica.

Es muy Jocosa… un pequeño percance

Cuando salía de votar temblorosa y expectantes.

Al terminar las votaciones cuando se hacia el recuento

Dentro de un sobre encontraron unos billeticos nuevos

Con una nota temblorosamente escrita, que decía:

He cobrado la pensión… ¡vaya una mierda de vida!

Los de la mesa asombrados no sabían lo que hacer

Ni  de quien sería el dinero, ni  si lo  tenían que devolver.

Así es que yo en esta noche, quiero hacer un llamamiento

De aquel pobre pensionista que votó… con su dinero.

Si es  el suyo caballero…lo puede dar por perdido,

Dinero que tocan, va aparar a Suiza, o a sus bolsillos.

 

 Encarna  Recio Blanco.